Reyner explica que, aunque ha sido un proceso largo, está muy satisfecho con el producto final. "La calidad de la fruta es excepcional, por su vida útil, y su sabor es único", dice. "No es algo que se pueda describir, hay que probarla para saber cómo es. Aunque no se ha calculado de forma sistemática, el rendimiento también es mayor que el de muchas otras".
Reyner señala que la nueva variedad tiene otra característica única que podría interesar a los productores. "La savia no quema la piel, se puede eliminar con agua y no deja marca", asegura. "Eso podría reducir el coste de la cosecha derivado de los productos químicos que se utilizan para neutralizar la sabia en el árbol".
La Lady Jane se ha comercializado mediante una asociación con Seven Fields, una empresa productora de cítricos y mangos que tiene intereses en las regiones de Katherine y Riverland.
El director general, Richard Byllaardt, dice que su empresa ha formado equipo con este veterano de la industria para proporcionar a los productores de la región de Top End una variedad que satisface mejor sus necesidades. "El mercado lleva muchísimo tiempo demandando una variedad sonrojada más temprana", recuerda. "La Kensington Pride, aunque es una fruta de gran sabor, es muy difícil de cultivar. El próximo año tendremos más árboles en los viveros, así que estarán disponibles, pero ahora mismo hay bastante lista de espera. Intentaremos formar un grupo reducido, no queremos volvernos locos y plantarlos por todas partes".
Seven Fields se ha convertido en el primer productor en comercializar la variedad, con mil árboles plantados en los huertos de la empresa cerca Katherine este año.
Los mangos Lady Jane podrían estar disponibles en los supermercados dentro de los tres próximos años.
Fuente: abc.net.au