“Su venta en las tiendas y los mercados es una oportunidad para que los clientes se familiaricen con su sabor y los incorporen a sus dietas. Si tenemos éxito, intentaremos volverlos a llevar a los lineales de los supermercados el año que viene. Su naturaleza ecológica y su interesante sabor los convierten en una incorporación muy valiosa al actual surtido de fruta de nuestro mercado”, afirma el asociado Peter Latocha, creador de la nueva variedad polaca de la planta del género Actinidia.
Los investigadores están continuamente investigando nuevas plantas que amplíen el surtido de productos hortofrutícolas del mercado con nuevas especies o variedades caracterizadas por grandes valores nutricionales o saludables, pero también que sean adecuadas para el suelo y el clima polacos.
La Actinidia arquta, la planta del kiwi hardy, kiwiberry, kiwai, kiwibes o kiwiño, según se denomina en cada país, cumple perfectamente con estas expectativas. Solía plantarse como planta ornamental en los jardines, pero se ha comenzado a extender a plantaciones comerciales en muchos países europeos. Los kiwiños son mucho más pequeños que los kiwis normales, pero tienen una piel suave y comestible que hace que puedan consumirse enteros. Tienen un sabor atractivo y contienen muchos elementos saludables, como vitamina C, luteína, polifenoles y enzimas proteolíticas.
Las plantas están prácticamente libres de enfermedades y plagas y son perfectas para el cultivo ecológico, lo que aumenta su valor. El estudio llevado a cabo durante años en la Sección de Protección Medioambiental del Departamento de Horticultura, Biotecnología y Arquitectura del Paisaje de la SGGW, en Varsovia, por el doctor Peter Latocha, ha dado como resultado no solo la confirmación de la posibilidad de cultivar esta planta en Polonia, sino también la de obtener variedades propias.
La variedad Bingo está llegando ahora a las tiendas y, de momento, las pruebas sensoriales llevadas a cabo han confirmado que los kiwiños resultan atractivos para el gusto de los consumidores polacos. El cultivo de esta Actinidia puede ser también muy rentable para productores pequeños, ya que los precios actuales de mayorista en Europa suponen unos ingresos potenciales de hasta 200.000-250.000 zlotys por hectárea (47.940-59.930 euros).