“Tuvimos que sacar la fruta al mercado rápidamente, la chirimoya es un producto con una vida útil muy limitada, entre 6 y 7 días. Los agricultores tuvieron que recolectar mucho más volumen del habitual en estas fechas, por lo que la producción se concentró en pocas semanas, lo cual ha derivado en una caída de precios”, explica Alberto Casanova, del departamento comercial de Frutas Manzano.
“Dadas las circunstancias, desde principios de noviembre hasta final de campaña habrá menos oferta disponible, por lo que creemos que los precios volverán a repuntar. Esperamos que la segunda floración se desarrolle con normalidad, aunque no es tan importante en volúmenes como la primera. Dispondremos de chirimoya hasta mediados de abril, lo cual nos permite realizar largos programas muy atractivos para mayoristas o supermercados, ya que estos pueden mantener la fruta en el lineal durante 8 o 9 meses, lo cual puede dar lugar a la fidelización por parte de los consumidores”.
La chirimoya cultivada en Granada corresponde en un 90% a la variedad fina de Jete, siendo esta la más demandada por los mercados dado su especial sabor y dulzura, que la hacen única en Europa.
La superficie de chirimoya en Granada se ha mantenido estable durante muchos años, aunque de acuerdo con Alberto existe una ligera tendencia a la baja, ya que algunos agricultores prefieren cambiar a aguacate o mango por su rentabilidad, puesto que el consumo de chirimoya se concentra en el mercado nacional en su mayor porcentaje.
“Sería necesario que el consumo de chirimoya se incremente fuera de nuestras fronteras y para eso serían necesarias campañas de promoción en supermercados extranjeros”, asegura Alberto Casanova. “Estamos enviando chirimoya regularmente a países centroeuropeos, aunque estos envíos no tienen el volumen y frecuencia que podrían tener si tenemos en cuenta las oportunidades de mercado tan importantes que se pueden dar en países del centro y del norte de Europa.
Esporádicamente también se han producido envíos a países de Europa del Este, ya que más lejos sería arriesgado por su limitada vida útil. Necesitaríamos en general hacer mucho más hincapié, por parte del sector en conjunto para aumentar el consumo per cápita de esta fruta tropical”.
“Hay un gran desconocimiento sobre esta fruta, cuya pulpa dulce y carnosa suele hacer las delicias de aquellos que la prueban. Sin embargo, la guanábana brasileña, un producto muy similar a la chirimoya, ha logrado posicionarse en el mercado gracias a su uso en batidos, zumos y otros productos procesados por parte de la industria. Quizás estas alternativas podrían ser una buena solución para aumentar el consumo de esta deliciosa fruta tropical”.
Para más información:Alberto Casanova
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