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Bernard Cornibert, director ejecutivo de grupo en Winfresh:

"Hace falta una catástrofe para subir los precios de las bananas"

Las primeras bananas se importaron en 1954 desde las islas de Barlovento por orden del Gobierno británico. 

Anteriormente, su exportación principal había sido el azúcar, pero su cultivo dejó de ser sostenible cuando se introdujo la remolacha de azúcar y se empezó a cultivar en Europa, lo que provocó una gigantesca reducción de los precios para las exportaciones de las islas de Barlovento. Las islas se encontraban en riesgo de desplome económico y malestar social.

Durante un tiempo, no hubo ninguna alternativa viable a la agricultura y las bananas parecían el cultivo perfecto. Los campos de caña de azúcar se adaptaron fácilmente para la producción de bananas y fueron un cultivo comercial perfecto para los pequeños campesinos.



El Gobierno británico vio en la importación de bananas de las islas de Barlovento una solución perfecta; las islas todavía eran colonias de la corona, por lo que Gran Bretaña era responsable de ellas. La producción de bananas evitó que siguiera drenándose su tesorería, ya que, al tratarse de colonias de la corona, también utilizaban la libra esterlina. Durante el periodo inmediatamente posterior a la guerra, resultó ser una ventaja mucho mayor que tratar con los países del dólar, lo que ahorró a Gran Bretaña el cambio de divisas valiosas. También existía un mercado en auge para las bananas en el Reino Unido.

“En 1993, las cosas empezaron a cambiar, lo que condujo a la apertura del mercado de hoy en día. Antes de 1993, las bananas de los países del dólar estaban sujetas a restricciones de cantidad”, explica Bernard Cornibert, director ejecutivo de grupo de Winfresh. “Hoy en día, no hay límite de volúmenes de ningún país mientras se paguen los aranceles, lo que ha tenido una enorme influencia en el mercado bananero de Reino Unido”.

A pesar de que las bananas caribeñas aún disfrutan de aranceles favorables en el mercado de Reino Unido, este cambio en el mercado británico afectó drásticamente a la industria bananera de las islas de Barlovento.

“ Como compañía, Winfresh ha podido sobrevivir mediante la expansión de su base de suministro, y extrayendo su suministro de una base geográfica mayor, principalmente del Caribe y África occidental, para conseguir la mejor combinación de productos competitivos y éticos. Sin embargo, los cambios en el entorno de mercado no han sido particularmente afables para los pequeños productores de las islas de Barlovento. La caída de los volúmenes de las islas de Barlovento, que abastecían a dos tercios del mercado de Reino Unido durante los años anteriores a la liberalización del mercado, ha sido bastante drástica. La mayoría de pequeños productores no tienen la capacidad de competir con los grandes proveedores del mercado. Sin embargo, seguimos trabajando con los productores de las islas de Barlovento en mejoras del producto y de la producción para asegurarnos de que conserven cierto espacio, por pequeño que sea, en el mercado”, declara Cornibert.

En 1996, en una empresa conjunta con Fyffes, Winfresh compró la empresa de Geest para proteger sus intereses. “Fue una jugada audaz por nuestra parte, dado nuestro tamaño y nuestros limitados recursos financieros entonces”, explica Cornibert.

Antes de esta empresa conjunta, WinFresh exportaba las bananas a Geest, que las vendía ya maduras, de modo que Winfresh se volvió una compañía más integrada y asumió un papel mayor en la cadena de suministro. Evidentemente, el tamaño de la compañía creció, pero el volumen de bananas que manejaba permaneció más o menos igual.

El principal proveedor de Winfresh estos días es la República Dominicana, pero cada vez producen más desde África occidental. “Nos consideramos sobre todo proveedores caribeños. Somos el mayor proveedor de bananas caribeñas al Reino Unido. No somos muy grandes en Latinoamérica y no deseamos competir con las compañías que producen allí. Nuestro singular argumento de venta es que somos del Caribe: conocemos el Caribe, está en nuestro ADN y estamos orgullosos de ser los principales proveedores caribeños de bananas”, según Cornibert. 

“Tradicionalmente, las islas de Barlovento han sido los mayores proveedores de bananas para el mercado de Reino Unido y, por lo tanto, los consumidores británicos han crecido con estas bananas. Llevamos en el mercado británico más de 60 años y tenemos muchos clientes fieles. Sabemos que abastecemos a nuestros clientes bananas de buena calidad de forma constante y ellos lo reconocen. Desde luego, hay muchos consumidores finales que creen que las bananas de las tierras volcánicas de las islas de Barlovento son las bananas con mejor sabor”.



Todas las bananas de Winfresh son 100% de comercio justo. La compañía ha producido algunos volúmenes pequeños de bananas ecológicas en el pasado, pero Cornibert comenta que los volúmenes no resultaban comercialmente viables. Sin embargo, con el reciente aumento de la demanda ecológica, afirma que la compañía podría replantearse su postura sobre lo ecológico.

Sobre el problema del mal de Panamá, Cornibert piensa que ha habido cierto alarmismo. Reconoce que la enfermedad es peligrosa, ya que ha eliminado prácticamente la variedad Gros Michel y ya está atacando la variedad Cavendish en algunas partes del mundo, pero no ve la amenaza para el comercio mundial de bananas como algo inminente. “Obviamente, es algo que hay que vigilar, pero no es algo que me quite el sueño ahora mismo”, añade.

Cornibert afirma que es muy difícil predecir el mercado. “Los precios de las bananas son absurdamente bajos. Tomemos el mercado británico, por ejemplo: el precio minorista actual en términos nominales es la mitad de lo que era hace veinte años. Ha habido ciertas mejoras en la productividad, que podrían haberse transmitido a la cadena de valor, pero de ninguna forma podía soportar el alcance de la deflación de los precios que hemos visto en el mercado la última década. La verdad de este asunto es que está haciendo daño y que ese daño se siente en casi toda la cadena de suministro, aunque esté repartido de forma muy desproporcionada”.

“Todos los supermercados saben que el precio de las bananas no refleja la realidad y que es demasiado bajo; nadie está ganando dinero con él, pero nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Tal vez, cuando el mal de Panamá se propague y empiece a arrasar los suministros de Cavendish, el mercado entre en razón”, comenta Cornibert.

No cree que los consumidores fueran a comprar menos bananas incluso si los precios se duplicaran hasta el nivel que tenían hace dos décadas. “No es que piense que los precios deban duplicarse, pero un aumento razonable en el precio proporcionaría una rentabilidad decente a todos los eslabones de la cadena de suministro, ya sean productores, importadores, maduradores y hasta los mismos minoristas. Esta presión para seguir reduciendo el precio año tras año es claramente insostenible”.

En cuanto al uso de las bananas como artículo de reclamo por parte de los supermercados, Cornibert no está seguro de que ese sea el caso ni tampoco tiene sentido. Si fuera el caso, no funciona porque, en el momento en que un supermercado baja el precio, el resto le sigue, así que afirma que la idea de reducir el precio para atraer a los consumidores es una falacia.

“De hecho, si uno aumentara el precio, todos aumentarían el precio, que es lo que todo el mundo quiere. Los supermercados no ganan un margen adecuado en un artículo de tanto volumen como las bananas con los precios predominantes, así que un aumento razonable del precio tendría todo el sentido. Pero no voy a esperar sentado. Creo que hará falta algo catastrófico como la devastación del mal de Panamá para que eso ocurra”, concluye Cornibert.


Más información:
Bernard Cornibert
Winfresh (UK) 
Tel.: +44 (0) 1371 877000
Fax: +44 (0) 1371 877 038
Correo e.: bcornibert@winfresh.net
www.winfresh.net
Fecha de publicación: