"Hace un par de semanas, uno de los invernaderos se inundó, con casi media hectárea de lechuga dentro que se había plantado en noviembre", explica Seamus Donnelly.
El agua está comenzando a retroceder ligeramente y Donnelly cree que debería desaparecer por completo en una semana más o menos, siempre que no vuelva a llover intensamente.
"El agua ha bajado unos 18 centímetros, pero aún queda mucha en los campos. Estamos ubicados junto al lago Neagh, cuyo nivel ha sido muy alto, pero ahora también está retrocediendo", según Donnelly.
No está seguro de si las lechugas sobrevivirán. "Nunca ha pasado antes, así que no lo sé", comenta. "Cuando las vi por primera vez bajo el agua, pensé que se habrían echado a perder completamente, pero ahora no estoy seguro de cómo saldrán".
El proveedor abastece a los supermercados y no está seguro de si podrá cumplir con los encargos.
Hubo una helada esta semana, pero no ha hecho demasiado frío por el momento, lo que es bueno para las plantas. Por supuesto, Donnelly espera que el agua retroceda y que las plantas sigan creciendo. Prevé cosecharlas a mediados de marzo.
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Seamus Donnelly
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