Si bien la superficie de cultivo de El Ciruelo en Murcia tan solo se extendía unos cientos de hectáreas hasta hace algunos años, ahora la compañía cuenta con 1.200 hectáreas de fruta de hueso y otras 1.200 hectáreas de uvas.
"Para nosotros, es una combinación ideal", asegura la gerente de ventas Cristina Gutiérrez durante una visita a la planta de envasado de Cieza. "Empezamos con la primera fruta de hueso a finales de abril y la temporada durará hasta finales de junio, tras lo cual ya podemos empezar de inmediato con las uvas".
El Ciruelo tiene dos plantas de envasado a su disposición. En una planta, se envasan sobre todo uvas, y la planta de Cieza, abierta en 2004, se centra principalmente en la fruta de hueso. Esta última planta tiene capacidad para envasar hasta 600 toneladas de fruta de hueso al día.
“El objetivo de ampliar la superficie se centra en las variedades tempranas, dado que somos de los pocos orígenes que pueden suministrar fruta a mediados de abril. Esta es la ventaja de Murcia en comparación con la producción de Lérida y Extremadura”, explica Gutiérrez. En la planta de envasado de El Ciruelo trabajan 600 personas cada día durante la temporada en tres turnos. Otras 1.000 personas trabajan en las labores de cultivo y cosecha. Cuando comienza la temporada de la uva a finales de junio, el número de trabajadores supera los 3.000.
La actual campaña de la fruta de hueso ha comenzado particularmente temprano tras un invierno cálido. “Enseguida entraron al mercado grandes volúmenes, mientras que la demanda no era alta por el frío de la primavera. Ahora, la situación ha cambiado y tenemos que hacer todo lo que podemos para satisfacer la demanda. Debido al buen tiempo, todo el mundo está pensando en la fruta de hueso y la oferta es un poco menor”, dice Gutiérrez. “La formación de los precios ha sido bastante estable, pero la revisamos día a día”.
En su opinión, las consecuencias de la lluvia no han sido tan graves para la fruta de hueso como en otras zonas de cultivo españolas. El surtido de fruta de hueso consiste –por orden de tamaño– en nectarinas, paraguayos, ciruelas, melocotones, albaricoques y un pequeño volumen de cerezas. Gutiérrez se muestra positiva sobre el consumo de fruta de hueso. “Las ventas de paraguayos y albaricoques en particular muestran una línea ascendente, mientras que el consumo de melocotones y nectarinas se mantiene más o menos estable. Aunque se han plantado muchos más paraguayos, tan solo aumenta la demanda. Mientras sigamos añadiendo valor a la cadena, no espero que disminuya nuestro crecimiento”.
La fruta de hueso se suministra a toda Europa, siendo los principales compradores Reino Unido, Escandinavia, Francia, España, Alemania, Bélgica y Países Bajos. Este año se ha logrado un avance con el anuncio de la apertura del mercado chino a la fruta de hueso española, aunque todavía se está a la espera de la firma final. “Cuando se haya firmado, seremos una de las tres compañías autorizadas para exportar fruta de hueso a China, pero suponemos que empezaremos a exportar a partir de la próxima campaña”, apunta Gutiérrez.
Sin duda, reconoce el potencial del mercado chino, pero es realista. “Por descontado, probaremos la exportación a China, pero no será nuestro mayor mercado. Las variedades tempranas no son adecuadas para colocarlas en un contenedor durante un mes, así que hay que enviarlas por aire, pero esto conlleva los correspondientes gastos y riesgos”.
El Ciruelo cuenta ahora también con uvas ecológicas, aunque las actividades ecológicas en la fruta de hueso todavía están en su primera fase. “Estamos invirtiendo sobre todo en el cultivo sostenible, también llamado ‘ecológico’ en otros continentes. Estamos haciendo pruebas con el cultivo ecológico y, en el futuro, veremos cómo resulta”, explica Gutiérrez. “Además, no paran de producirse avances con nuevas variedades. No queremos confundir a nuestros clientes con tantas variedades, sino que tratamos de ofrecer variedades similares reconocibles durante la temporada”.
La gerente de ventas indica que la competencia llega principalmente de Marruecos a principios de temporada, seguida más tarde por la de otras zonas de cultivo españolas, Extremadura y Lérida, y después por la de Italia y Francia. “En comparación con las demás zonas de cultivo españolas, Murcia cuenta con la ventaja de tener más horas de sol que el resto y menos lluvias, lo cual beneficia a la coloración y a la firmeza de la fruta”.
Gutiérrez califica la escasez de agua como una amenaza para el cultivo. “La lluvia y las cuencas no son suficientes, por eso deasalinizamos el agua marina, lo que nos proporciona una disponibilidad de agua garantizada al cien por cien, pero es un proceso muy costoso en cuanto a gasto. Además, siempre estamos pendientes de las condiciones meteorológicas con la fruta de hueso, tanto para la producción como para las ventas. A principios de temporada tenemos más oportunidades con la fruta de verano de calidad alta y estamos invirtiendo en ello”.