Raffaele Bucella, gerente de ventas de Granfrutta Zani, informa de que ha sido un año bastante bueno para los albaricoques.
"Los volúmenes son limitados, pero la calidad es muy buena y los precios son bastante interesantes. Julio también fue un buen mes. En junio hubo algunas complicaciones cuando las producciones se solaparon y la lluvia provocó problemas de de vida útil, pero, por suerte, todo se resolvió enseguida y el consumo volvió a crecer en julio gracias a las altas temperaturas".
Aunque los productores han plantado muchas hectáreas en los últimos años, este año no ha habido sobreproducción. "Podría ser porque las nuevas variedades no son tan productivas como las antiguas. En comparación con variedades como, por ejemplo, la Tirintos, las nuevas producen un 30% o, en ocasiones, hasta un 50% menos".
Las nuevas variedades son más delicadas, menos rústicas, menos productivas, pero más sabrosas y más atractivas que las antiguas. También necesitan temperaturas más bajas, pero no ha hecho tanto frío este año en el sur, así que se han dado algunos problemas".
Línea de calibrado y clasificación
Lo que los gerentes de ventas están intentando explicar a los minoristas es que se debería promover más la calidad. Algunas cadenas de distribución lo comprenden y están tratando de hacer destacar el producto que mejores propiedades organolépticas tenga.
Las instalaciones de Bagnacavallo (Rávena)
La gama de calidad superior se llama Solatía. "Es una fruta de temporada producida de acuerdo con las estrictas especificaciones que garantizan una calidad alta y un sabor, un aspecto y un envasado excelentes, y los productos se supervisan a lo largo de toda la cadena. Esta marca se encuentra en numerosas cadenas de distribución, especialmente en grandes ciudades", explica la gerente de marketing, Elisa Zani.
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