“Auguramos uvas de buena calidad, mejor que años pasados, dado que en las campañas anteriores se tuvieron variaciones climáticas significativas y el aumento de la temperatura causó mucha pudrición ácida, sobre todo en la Red Globe. Este año se tienen buenas temperaturas, dentro de lo normal, 17 a 18 grados en la mañana y no más de 25-28 en las tardes, lo que estamos seguros que dará como resultado una uva de muy alta calidad”, afirma el director comercial de Ecosac, Gerd Burmester.

A pesar de que se calcula un aumento en la producción peruana de uvas, muchos productores consideran muy incierto el indicar un porcentaje específico. Asimismo, se estima que la demanda de los mercados será muy alta para casi todas las variedades. “Creemos que Perú se ha consolidado como país exportador de uvas, en un principio, principalmente, de la variedad Red Globe, pero en los últimos años ha estado cogiendo fuerza en variedades sin semillas, que son las más demandadas en mercados europeos y norteamericanos”, afirma el representante.
La Red Globe sigue siendo rentable
“En el caso específico de la uva Red Globe, lo consideramos como un tema delicado, pues la demanda depende mucho de la producción interna en países como China, Italia y Estados Unidos. Calculamos que el precio va a ser casi igual que el año pasado, pero este factor también es dependiente del consumo local en China, que se sigue consolidando como el mercado más importante y próspero para esta variedad. En otros destinos, el consumo ha bajado mucho porque los nuevos consumidores jóvenes no comen uvas con semilla. Es un producto con buenos retornos, pues tiene un precio más accesible para el consumidor, pero requiere un manejo eficiente”, comenta Burmester.

Nuevas variedades para los productores
Asimismo, Perú ha tenido un crecimiento abrupto en la producción de nuevas variedades, ofreciendo una ventaja diferencial ante esta diversidad varietal. Pero este crecimiento abrupto ha traído consigo también que muchos productores inexpertos hayan tomado decisiones apresuradas, sembrando muchas veces gran cantidad de hectáreas sin haber realizado las pruebas preventivas, descuidando el factor de que cada variedad requiere un microclima específico y un tratamiento adecuado. Esto ha dado lugar a muchos resultados poco favorables.

“En los últimos cuatro años se han puesto muchas nuevas variedades a disposición de los productores. Al estar Perú en un periodo de crecimiento y tener tierras disponibles y los recursos básicos como es mano de obra y agua, se ha podido crecer y diversificar el portafolio de variedades que el país puede ofrecer a los diferentes mercados. En el caso de países como Chile, por temas climáticos, el cambio de variedades implica una inversión mayor, dado que el tiempo de espera hasta la primera producción es de más de dos años. Agrava el hecho que en muchas zonas de Chile haya escasez de agua y mano de obra. La industria de frutas chilena sigue siendo, sin embargo, un modelo para la industria peruana, por el nivel de desarrollo de mercados y el buen trabajo conjunto entre el empresariado y el Gobierno”, finaliza el portavoz de Ecosac.
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