El Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca ayudará a los productores de semillas y plantones de Japón a registrar en el extranjero las variedades que desarrollen en la nación.
Se ha descubierto que las fresas Benihoppe desarrolladas en la prefectura de Shizuoka y las uvas moscatel Shine desarrolladas por un centro de investigación japonés se han estado cultivando y vendiendo en China sin permiso de sus desarrolladores.
"Nos preocupa que las uvas producidas en nuestra prefectura y los productos no autorizados puedan competir entre sí en los mercados de exportación", declara un funcionario del Gobierno de la prefectura de Shizuoka.
Las frutas y hortalizas japonesas son famosas por su gran calidad y su poder de marca, por lo que son importantes para lograr el objetivo del Gobierno de aumentar a un billón de yenes (8.800 millones de euros) las exportaciones anuales de productos agrícolas, forestales, pesqueros y alimentarios.
Los derechos de propiedad intelectual de las nuevas variedades vegetales están protegidos en Japón durante 25 o 30 años si se registran en el Gobierno, según la ley de protección de variedades vegetales y semillas. Quienes la incumplan se enfrentan a multas y otros castigos.
Sin embargo, muchas variedades japonesas no están registradas en el extranjero porque el procedimiento es largo y costoso.
Se tarda entre siete y ocho años, por ejemplo, en registrar una variedad nueva de caqui en la Unión Europea, ya que hay que realizar una prueba de cultivo del producto a nivel local. El proceso de investigación, que cuesta unos 2,5 millones de yenes (22.000 €), también supone un obstáculo.
El ministerio ha instado a los otros países y regiones a que utilicen los resultados obtenidos en Japón para reducir en gran medida sus periodos de investigación, y ha firmado un memorando de entendimiento con nueve economías, entre ellas la Unión Europea y Australia, al mismo tiempo que intenta acelerar las negociaciones con otros países y regiones.
El Ministerio pretende conseguir fondos en el segundo presupuesto suplementario para el año fiscal 2016 con el objetivo de crear subsidios para ayudar a las empresas japonesas a cubrir parte de sus costes de registro e investigación en el extranjero, con vistas a promover los registros entre las empresas más pequeñas. Este presupuesto adicional se redactará en otoño.