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No se puede competir con la estadounidense en precio
La pera canadiense cuenta con la ventaja del sabor
La temporada de la pera en la provincia de Ontario es muy corta y la industria es muy reducida, pero la fruta tiene buen aspecto. "Este año tenemos un buen cultivo, la Bosc tiene buen aspecto", asegura Torrie Warner, de Warner’s Farm. Vende a nivel local, lo que le da ventaja en cuanto a precio. "Vendemos en los mercados, así que logramos un buen precio. Dado que el dólar estadounidense está tan alto, ayuda. Dependemos muchísimo de lo que llega de Estados Unidos en cuanto a precio".
Solo una de cada setecientas peras compradas se cultiva en Canadá. Warner indica que los productores como él tienen que depender del sabor de lo que cultivan. "No me había dado cuenta de que había tanta diferencia entre las peras de Ontario y las importadas como parece haber. Sabía que existían algunas diferencias, pero los expertos en peras notan diferencias en el sabor. Esa es la única ventaja que tenemos, no podemos competir con California y Washington en precio, así que tenemos que competir en sabor. Hay personas dispuestas a pagar un plus". Parte de la diferencia podría deberse a las condiciones de cultivo y el clima. "Nosotros dejamos que nuestras peras maduren en el árbol un poco más de tiempo para que desarrollen un sabor pleno, y tal vez tenga que ver también con nuestro clima", añade Warner. "Parece que nuestro clima nos lo permite".
Warner cuenta con una pequeña plantación de frutos secos y está en proceso de grabación de un anuncio televisivo sobre sus melocotones y escasos almendros. También cultiva nueces, avellanas y castañas. "A las almendras no les gustan los inviernos canadienses, esa es la dificultad", apunta.
Por suerte, este año los árboles tienen producción, pues Warner dice que rara vez dan frutos. Plantó quince árboles hace unos diez años, de los cuales sobreviven diez, y en estos años solo han producido tres cosechas. "Los avellanos y los nogales toleran el clima canadiense, mientras que los almendros, no". Los cultiva sobre todo por interés más que por ganar dinero, pero señala que hay clientes que también están dispuestos a pagar precios más altos por las almendras locales.