Unos investigadores de la India han descubierto que pueden reducir la cantidad de mangos que se desperdicia después de la cosecha si alteran ciertos genes de la fruta, y han identificado los genes implicados en la maduración de la variedad Dashehri.
India produce el 42,06% de los mangos del mundo, pero una cuarta parte se echa a perder por culpa de las prácticas incorrectas durante la cosecha, el envasado y el almacenamiento.
Lucknow, la novedad que ha desarrollado el equipo del Instituto Nacional de Investigación Botánica de India del CSIR (NBRI, por sus siglas en inglés), podría ayudar a cambiar la situación y exportar más frutas en el futuro. Su descubrimiento podría aumentar la vida útil gracias a la manipulación genética o mediante estrategias de obtención asistida por marcadores, en las que se pueda identificar fácilmente si se han introducido los rasgos beneficiosos de una variedad de mango en otra.
"Cada rasgo de una planta está determinado por sus genes: dónde, cuándo y hasta qué punto se expresan", declara Vidhu Sane, del NBRI.
"Por ejemplo, nuestros estudios pueden desvelarnos cuáles son los genes responsables de los rasgos relacionados con la maduración, como el olor, el sabor, el color y la firmeza", explica Sane.
India exportó solamente 41.000 toneladas de mangos en 2013-14 como fruta fresca, lo que representa un 0,4% de la producción.
"India es el mayor productor, pero ese predominio no se refleja muy bien en el comercio internacional. Nuestro estudio puede servir para manipular los genes responsables de la pérdida de calidad en los mangos y aumentar su vida útil", continúa Sane, que lo ejemplifica con la variedad Dashehri, que es la que han estudiado.
La variedad Dashehri se consume mucho en el norte de India, ya que no tiene fibras, es deliciosa, tiene un olor suave y posee mucha pulpa. Sin embargo, hay un obstáculo que impide exportarla: madura rápida e irregularmente, desde el hueso hacia fuera.
"En las últimas etapas de la maduración, se forma gelatina en la pulpa cerca del hueso, aunque por fuera parece perfecta y firme. Si identificamos los genes que lo provocan y cruzamos los mangos con variedades en las que esos genes estén menos expresados, podemos desarrollar variedades en las que se forme menos gelatina y que tengan más vida útil. Por otra parte, también podemos manipular esos genes para reprimir la formación de gelatina en el centro", concluye Sane.