Por desgracia, este potencial se enfrenta a la resistencia de los países que sufren de escasez. Belgapom y la Organización de la Patata de Países Bajos (NAO, por sus siglas en holandés) han publicado unas directrices para los importadores belgas y holandeses, respectivamente, en las que advierten sobre el riesgo de importar patatas polacas.
"El mensaje oficial es que tengan cuidado, pero parece que entre líneas digan 'no lo hagan'. Se han puesto en duda los procedimientos polacos y se ha insinuado que los camiones puedan no estar limpios", explica Lukasz Ostrowicz, del proveedor de patatas polaco Bugaj.
Polonia es el único país productor de la UE al que se le obliga a cumplir unos requisitos fitosanitarios muy estrictos para exportar sus patatas al resto de países europeos, lo que pone las cosas muy difíciles a los exportadores polacos. Los productores no suelen animarse a exportar porque implica un procedimiento muy complicado, pero, con el actual exceso de oferta, Ostrowicz afirma que están dispuestos a arriesgarse.
Cada lote de patatas polacas para la exportación tiene que revisarse y pasar unas pruebas, lo que cuesta dinero a los productores, y, en algunas regiones de Polonia, la inspección puede demorarse hasta tres semanas. Exportar también supone un riesgo enorme para los productores, porque, si se encuentra alguna enfermedad, no podrán cultivar ni exportar patatas durante las siguientes temporadas.
Ostrowicz añade que algunas compañías holandesas, belgas y francesas se han puesto en contacto con los productores polacos para comprarles patatas procesadas para freírlas.
La Asociación Polaca de la Patata (Stowarzyszenie Polski Ziemniak) ha publicado unas declaraciones como respuesta a las advertencias de Belgapom y la NAO, en las que confirma que "Polonia ha tenido un año muy bueno, por lo que muchas compañías han decidido exportar a países como Italia, Francia, Países Bajos y Bélgica, a pesar de los complicados procedimientos de exportación. Sin embargo, al llegar a sus países de destino, se han encontrado con las afirmaciones de las asociaciones de la patata de esos países, que dan una imagen muy negativa de la industria polaca de la patata. La Asociación Polaca de la Patata considera que se han quebrantado las reglas del mercado único de la UE y que las compañías polacas han seguido los requisitos necesarios, de modo que instan a las otras asociaciones a que garanticen a los importadores que las patatas polacas son seguras".
Las semillas de las patatas polacas proceden de los países que han emitido las advertencias
"Los productores profesionales de Polonia siempre utilizan semillas cualificadas, y lo más irónico es que esas semillas proceden sobre todo de Países Bajos y Alemania. Las enfermedades de las que advierten las asociaciones holandesa y belga proceden en realidad de sus propias semillas, así que dudar de la salubridad de las patatas que cultiva Polonia es casi como dudar de la salubridad de sus propias semillas. Todo se reduce a una cuestión política, más que nada, y creo que solo lo están haciendo porque creen que necesitan proteger su propio mercado. Seguramente los productores querían provocar esta reacción, pero las advertencias no son justas ni lógicas".
Ostrowicz opina que hay tanta demanda que tiene sentido que Polonia les ayude a llenar el hueco y, además, dado que es el único país de la UE que pasa por unos controles tan estrictos, es probable que sus patatas sean más seguras que las de cualquier otro país.
"Creo que esta situación es una lástima y va en contra de los valores de la UE: la cooperación, el libre comercio y la eliminación de los excedentes de patatas y de otros productos agrícolas entre los Estados miembros. Puedo entender sus temores, pero estoy seguro de que, en cualquier momento, podría darse la situación contraria y que seamos nosotros quienes tengan que comprar a los holandeses", concluye.