"Es un desastre", comenta Esther Kamphuis, de Valstar España, en relación con las condiciones meteorológicas que azotaron Almería la semana pasada. "Aunque se preveían lluvias, no nos imaginábamos una situación así. Los ríos que nunca llevan agua se desbordaron, hubo que rescatar a los habitantes de un pueblo cercano porque todo se había inundado, y hasta granizó en El Ejido. Es habitual que llueva después del verano, en septiembre u octubre, pero esta situación ha sido excepcional. Estuvo lloviendo sin parar un día y una noche enteros".
Ahora, el sol vuelve a brillar en la región, pero los problemas no se han desvanecido. "Podríamos sufrir problemas de calidad las próximas dos o tres semanas, como, por ejemplo, que los tomates se agrieten", prevé Kamphuis. "Además, ahora tenemos que lidiar con los clientes que no entienden que no podamos cosechar inmediatamente".
Los precios de las hortalizas de invernadero españolas siguen muy altos. "Pensábamos que los precios disminuirían antes, pero, para nuestra sorpresa, siguen bastante estables, aunque los de las berenjenas, los calabacines y los pepinos tendrán que bajar en algún momento, porque no van a seguir altos mucho tiempo. Los pimientos vuelven a tener buen color, así que esperamos que los verdes se encarezcan un poco, pero los rojos y los amarillos bajarán de precio", concluye.
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Esther Kamphuis
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