"Su efecto antitumoral parece no estar relacionado con compuestos específicos, como el licopeno, sino que más bien sugiere que los tomates deberían ser considerados en su totalidad", explica Daniela Barone, investigadora del Centro de Investigación Oncológica de Mercogliano (CROM) y una de las autoras principales del estudio.
El cáncer de estómago es uno de los más comunes del mundo y se ha asociado a causas genéticas, a infección por Helicobacter pylori y a hábitos de alimentación, como el consumo de alimentos ahumados y salados.
Los tomates se consumen en todo el mundo y son un alimento básico de la dieta mediterránea, la cual se cree que reduce el riesgo de sufrir cáncer. También se han analizado diversos componentes del tomate por su capacidad de contrarrestar el desarrollo de tumores en sistemas experimentales, aunque pocos estudios han analizado los efectos de los tomates en su totalidad.