El Australian Banana Growers Council (ABGC) afirma que la industria está mejor preparada que hace dos años en cuanto a medidas de bioseguridad, después de la confirmación de la presencia de la fusariosis del banano (mal de Panamá) raza tropical 4 en una plantación de Tully.
Las pruebas llevadas a cabo el mes pasado confirmaron el resultado positivo de las muestras de una parcela de la propiedad de Queensland Septentrional, la segunda detección en Australia en tan solo dos años. El CEO Jim Pekin señala que las lecciones aprendidas de la investigación de la última detección han permitido que los productores estén mejor preparados.
"En el seno de la industria se ha producido un enorme cambio de mentalidad desde la primera detección de la TR4 en Queensland Septentrional en marzo de 2015", asegura. "Las prácticas de bioseguridad en la plantación forman parte ahora de los procedimientos de los productores".
Los productores propietarios de la tierra en la que se sospechaba de la presencia de TR4 acotaron voluntariamente la parcela en cuestión y tan solo permitieron la entrada a los funcionarios de Biosecurity Queensland autorizados. Desde la confirmación de la presencia de TR4 en una planta de dicha parcela el 26 de julio, esta se encuentra en cuarentena.
La TR4 se detectó por última vez en una propiedad de Tully hace dos años y el ABGC quiere que todos los productores continúen aplicando las medidas de bioseguridad sin bajar la guardia, tales como la eliminación de todo el material vegetal y suelo de las máquinas y del calzado.
"Los productores ya conocían de antemano las implicaciones de la enfermedad y han redoblado la bioseguridad en sus explotaciones", explica Pekin. "Los negocios van como siempre, también para aquellos productores que se vieron afectados de lleno por la segunda detección. Se ha reconocido la necesidad de desarrollar bananas resistentes a esta enfermedad lo antes posible, y que hay que hacer una mejor gestión de los jabalíes, puesto que son un vector".
Pekin añade que el público no debería tener miedo a comprar banana, pues la TR4 es una enfermedad que afecta al árbol o a la planta, pero no a la fruta en sí.
"Su consumo y manipulación son totalmente seguros", tranquiliza Pekin. "La TR4 solo afecta a las plantas de banana cuando el hongo entra en su sistema de raíces. Este limita su absorción de agua, por lo que impide la producción de racimos cosechables y, finalmente, les provoca la muerte. Por tanto, no se podrá cosechar ninguna banana de plantas infectadas ni se podrá vender ni consumir ninguna. Así, pues, el riesgo para los consumidores es nulo".
El ABGC espera que la oferta no se vea perjudicada por este descubrimiento.
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