La industria bananera filipina, está exhortando firmemente al gobierno a que regrese a la mesa de negociaciones con los rebeldes, para poder salvar su sector.
Ferdinand Marañón, presidente de la Confederación Filipina de Exportadores Inc. (Philexport), en la región de Davao, informó a los periodistas el lunes 4 de septiembre, que para él no hay ninguna solución aparte de las conversaciones de paz.
Las plantaciones de banano en Mindanao han sido un objetivo constante del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA). Los agricultores atestiguan que han estado sometiendo a sus compañías a impuestos disparatados.
Anteriormente, los productores y exportadores de Philipino Banana Growers and Exporters (PBGEA), dijeron que los ataques del NPA atentan contra el crecimiento de la industria de exportación de banano, que está ensombrecida por los desastres, las regulaciones de exportación y la competencia de otros países exportadores de cultivos.
Marañón piensa, que deben hablar constantemente entre ellos sobre los problemas de la industria, para poder salvarla.
El propio presidente Duterte calificó de extorsión al disparatado impuesto. Explica que es sólo una cuestión de semántica, pues, aunque se le llame impuesto revolucionario, es una extorsión, y mientras se siga pensando así, la pelea continuará. Él se niega a reanudar las conversaciones con ellos hasta que detengan ese chantaje.