El precio de los arándanos de Chile había caído hasta un 40% (con respecto a 2015) ya a finales de 2016. Este año, los de España han sufrido una depreciación del 34%. Los productores italianos se están empezando a preocupar.
"La demanda sigue creciendo, pero el riesgo de la sobreproducción no debe ser subestimado nunca. Hace tiempo que estamos equipados para las exportaciones, lo cual requiere de una buena organización. Sin embargo, en el mercado nacional, veo un nivel de entusiasmo por estos productos que me parece totalmente injustificado y potencialmente fatal para quienes empiezan a trabajar en este segmento sin estar preparados".
De hecho, producir arándanos es bastante caro. "Solo cosechar ya cuesta 1,80 euros el kilo. Además, los arándanos necesitan suelos ácidos, nada fáciles de encontrar en Italia. Esto, a su vez, significa que es necesario cultivar sin suelo, lo que acarrea costes adicionales. Una hectárea cuesta alrededor de 60.000 euros. La comercialización está en manos de un puñado de entidades medianas a grandes, y a menudo hay que pagar regalías para los cultivares más prometedores".