En el mercado mayorista de Bronisze, cerca de Varsovia, hay una gran oferta de patatas jóvenes de Chipre y Francia, un tercio más baratas que el año pasado. Los tomates frambuesa polacos también han llegado al mercado, pero su precio sigue siendo mucho más alto que el de los importados.
En Bronisze, las patatas francesas se venden por 2,30 PLN* el kilo, mientras que las chipriotas cuestan unos 0,20 PLN más. Por la mitad de este precio, se pueden comprar patatas importadas de Bélgica y los Países Bajos de la producción del año pasado, señala el líder de mercado Małgorzata Skoczewska.
Por otro lado, las patatas polacas cuestan entre 0,40 y 0,55 PLN el kilo, o un 20 por ciento menos que en febrero de 2017.
Al mismo tiempo, los precios de las hortalizas de raíz nacionales se mantienen estables, aunque con una tendencia a incrementarse gradualmente debido a los costes de almacenamiento. Las zanahorias se venden a entre 0,80 y 1,30 PLN el kilo, mientras que las cebollas, de las que hay poco volumen almacenado esta temporada, se venden a entre 0,50 y 1 PLN el kilo. Esto supone un incremento del 30 por ciento en el precio hasta febrero de 2017.
Los tomates frambuesa polacos están disponibles ahora; por el momento, sin embargo, todavía son bastante caros (18-21 PLN el kilo) y no pueden competir con los importados en precio. La llegada de los tomates de invernadero nacionales se espera pronto, pero, por ahora, tan solo se encuentran las importaciones de Turquía y España. Su precio mayorista oscila entre 4 y 6 PLN el kilo.
Además, los pepinos nacionales cuestan entre 7,5 y 9,5 PLN el kilo. Los importados de Ucrania se venden a un precio similar y los españoles se venden a 8 PLN el kilo. Dada la creciente oferta de pepinos nacionales, se prevé una caída gradual de los precios.
1 PLN = 0,24 EUR/ 0,29 USD