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Colombia - Universidad Pontificia Bolivariana
El desperdicio de banana produce helados que se derriten más lentamente
Las bananas crecen en racimos estrechamente agrupados, y cada uno de ellos está a su vez unido a un tallo central. Cuando se recogen todos los racimos, los tallos sobrantes se descartan.
Un equipo dirigido por Robin Zuluaga Gallego molió algunos de los tallos y extrajo nanofibrillas. Las nanofibrillas son fibras diminutas, mil veces más pequeñas que un cabello humano. Estas nanofibrillas sin sabor se añadieron a helados, en concentraciones que varían hasta 0,3 gramos por cada 100 gramos, como se informa en newatlas.com.
En primer lugar, se descubrió que la adición de nanofibras al helado hacía que se derritiera mucho más lentamente que el helado convencional. Esto no sólo significa que las personas podrían tardar más en comerlo cuando hace calor, sino también que el helado es menos sensible al tipo de cambios de temperatura al que se exponen cuando entran y salen del congelador, lo que podría prolongar su vida útil.
Además, el helado bajo en grasa enriquecido con nanofibrillas demostró tener una viscosidad más alta que el normal, mejorando la cremosidad y la textura. Se cree que las nanofibrillas ayudan a estabilizar la estructura grasa del helado; si se confirmase, es posible que las nanofibrillas se pudieran usar para reemplazar algunas de las grasas en el helado, reduciendo así su cantidad de calorías.