La explotación hortícola Tomatec produce tomates en Lot y Garona. "Cultivamos más de 17 variedades, sin contar nuestras pruebas", cuenta Jonas Hollaar, el gerente de la empresa. "Nuestro mayor bloque de tomates fue de 4.000 m2, de tomates cherry".
Desde 2014, la sociedad también produce variedades antiguas. "No somos pioneros, pero pienso que estamos entre los primeros en cultivar en invernadero en Lot y Garona. Hemos encontrado variedades sabrosas y de calidad. Las recogemos cuando han madurado bien, para que puedan desarrollar al máximo su sabor".
En Francia, encontramos cada vez más variedades antiguas en todos los ámbitos de la comercialización. Según Jonas, los volúmenes en 2019 van a aumentar significativamente. "Muchos productores de tomates en rama cambian a este segmento, dados los malos precios de este verano. Espero que todos los productores sean conscientes del interés de ofrecer un producto de calidad, de recogerlo cuando ha madurado y de no desviarse hacia variedades antiguas con un gran rendimiento pero con poco sabor.
Variedades antiguas: todos salen ganando
"Los franceses buscan cada vez más productos de calidad a nivel gustativo y están dispuestos a pagar un poco más", dice Jonas. "Las variedades antiguas llegan a todo tipo de consumidor. Todos pueden identificar el sabor que les gusta, su textura preferida y elegir su variedad predilecta, tanto si es el Negro de Crimea como si es el Ananas".

Los sabores del pasado
Jonas añade que en Francia hay una mala imagen del tomate cultivado en invernadero y "sin suelo", una imagen frecuentemente difundida por los tomates importados y las variedades muy productivas pero de sabor insuficiente. "Esto afecta, sobre todo, a los tomates en rama y redondos porque se suelen conservar a temperaturas muy bajas, destruyendo así el sabor de los tomates. Muchas personas de mi entorno añoran el 'verdadero' sabor de los tomates de su infancia, que venían del huerto de sus abuelos. Con las variedades antiguas, los consumidores reencuentran los sabores del pasado que buscan. Hoy en día, todos los franceses conocen al menos una variedad de tomate antiguo".
Un producto destinado al mercado francés
Toda la producción de Tomatec se comercializa mediante Rougeline. El principal mercado de las variedades antiguas es el mercado francés. "Son variedades frágiles que soportan mal el transporte y que se conservan durante bastante poco tiempo. Una vez se han cosechado, los tomates deben introducirse en el mercado rápidamente".
La historia de una familia
Jonas es el nieto del holandés Job Hollaar. Este último fue uno de los primeros horticultores en construir invernaderos de vidrio en Lot y Garona, en los inicios de los años 60. "Seguramente, gracias a él se desarrolló un conjunto de invernaderos en el departamento de Lot y Garona", cuenta su nieto. "También introdujo en Francia una variedad de fresas, la Red Gauntlet, que contribuyó al desarrollo del sector de las fresas en Lot y Garona, hoy conocido a nivel nacional".
Marie-Louise Hollaar recogiendo fresas

Zona de trasplante en los años 70 
Marie-Louise y Job Hollaar
Philippe Hollaar, el padre de Jonas, heredó los invernaderos construidos por su padre y sus conocimientos. En esa época, la estructura era de madera, la apertura de las ventanas se realizaba manualmente y los cultivos estaban en el suelo. Desde entonces, Philippe Hollaar y Ruth Hollaar modernizaron el conjunto de invernaderos, desarrollaron el cultivo sin suelo y se especializaron en la producción de tomates sabrosos.
Philippe y Ruth Hollaar
Hoy, Jonas, de 26 años, hijo de Ruth y Philippe Hollaar hereda el desafío de continuar con la explotación. Jonas, un joven ingeniero agrícola, ha enriquecido sus conocimientos en el campo del cultivo en invernaderos trabajando en invernaderos en Bretaña, en Australia y en Sicilia. Tras más de tres años, trabaja en la explotación familiar, donde se beneficia de los conocimientos de sus padres.
Un invernadero adaptado al sur de Francia
La explotación de la familia Hollaar cuenta con una superficie de 18.500 m2 de invernaderos de vidrio. Para el verano de 2019, la familia posee un proyecto para construir un invernadero semicerrado de 8.000 m2. La inversión en un invernadero semicerrado es algo nuevo para la empresa, que hoy en día solo cuenta con invernaderos de vidrio tradicionales. "Este tipo de invernadero se adapta bien al sur de Francia", cuenta Jonas Hollaar, gerente de la empresa.
"El concepto del invernadero semicerrado permite renovar el aire (hydrocooling) utilizando solo un poco las aperturas de la cumbrera, que están equipadas con mallas a prueba de insectos. Esta técnica 'innovadora' permite evitar la entrada de insectos, cuyo número está aumentando en el sur de Francia, debido al calentamiento global", explica Jonas.
Favorecer la economía local
La explotación da empleo a alrededor de 26 personas en una temporada completa, de las cuales 10 son permanentes. Cada vez más, la empresa intenta contratar a personal residente de forma permanente en Villenevois, para favorecer la economía local.
La empresa está involucrada en numerosas iniciativas de calidad y medioambientales, como la iniciativa Agriconfiance, para el conjunto de la explotación, el Global Gap, la iniciativa Zéro Résidu de Pesticides y a las exigencias "Tomates de France", de la AOPN. La explotación se esfuerza por trabajar de forma sostenible y tiene como objetivo la certificación HVE (Alto Valor Medioambiental). En el verano de 2018 se instaló una pequeña unidad de cogeneración (1.500 kWh) para dirigir la carga de calor y producir el doble de energía: calor y electricidad, lo que es más sostenible que la antigua caldera, que solo producía calor.
Para más información: 
Jonas Hollaar
Tomatec
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