Chiquita está ayudando a reducir el desperdicio de alimentos al ofrecer consejos útiles para asegurarse de que todas las bananas Chiquita se usen.
Toneladas de frutas, hortalizas y otros comestibles no utilizados terminan en la basura, y finalmente en el vertedero, donde se pudren y se convierten en una fuente importante de metano, un potente gas de efecto invernadero. Las estadísticas muestran que hasta la mitad de todos los alimentos producidos nunca se comen, lo que equivale a un valor de 1 billón de dólares en desperdicio de alimentos. También existe el coste adicional de más de 172.000 millones de dólares en desperdicio de agua como resultado de los procesos de eliminación.
Chiquita ha trabajado durante muchos años para combatir el desperdicio alimentario con Feeding America, la organización nacional más grande para combatir el hambre en Estados Unidos. A través de la asociación, solo en 2019 se rescataron y donaron 1.905 toneladas de bananas Chiquita a personas que necesitaban un aperitivo nutritivo.
Ahora Chiquita ha lanzado una campaña para alentar a los consumidores a utilizar sus bananas demasiado maduras, ofreciendo muchas recetas sabrosas donde se usa la fruta. Se pueden introducir en una amplia gama de deliciosas recetas saladas o dulces, y hasta se pueden congelar para futuros batidos. Incluso la cáscara de la banana se puede usar de varias maneras, frotándola en la cara para hidratar y reducir las arrugas, o usándola para pulir las hojas de las plantas o los zapatos. Además pueden ayudar a blanquear los dientes o aliviar los dolores de cabeza, pues la cáscara de la banana tiene propiedades antimicrobianas y también es un excelente fertilizante ecológico para las plantas cuando se composta.
La empresa tiene como objetivo acabar con el desperdicio de alimentos y desea recordar a los consumidores que cada banana Chiquita es saludable, deliciosa y útil.
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