Después de semanas con altas cifras de exportación hasta finales de 2019, las ventas internacionales de las cebollas holandesas han caído mucho en las últimas semanas. "El cierre temprano de las fronteras de Senegal ha cambiado el mercado. Como resultado, ahora nos faltan los grandes pedidos", señala Tjerk Nagel, de la empresa holandesa Konaxx Onions.
Tjerk Nagel, de Konaxx Onions
"Desde todas las partes del mundo se pregunta por nuestras cebollas, pero al final no se venden los volúmenes suficientes. Europa del Este, el Lejano Oriente y el Caribe están comprando mercancía, pero pocos volúmenes a la vez. Sin embargo, tengo la idea de que, en función del interés, la demanda aumentará dentro de poco”, dice Tjerk.
"La diferencia de calidad de los lotes cosechados antes y después de las lluvias es grande. Desafortunadamente, todavía hay lotes cosechados después de las lluvias que ya deberían haberse despachado. En términos de color, estas cebollas no se adaptan a los requisitos de los países importadores que actualmente están comprando producto", dice el envasador de cebollas.
"El ajetreo que hemos tenido con las cebollas rojas también ha tenido repercusiones en las cebollas amarillas. Todos los envasadores que, pensando en las condiciones del mercado de los últimos seis meses, han hecho grandes compras para enero, ahora tienen demasiado producto. Como resultado, los precios están un poco bajo presión. Los productores tienen mucho más aguante que la mercancía en este momento. Esperemos que este no sea nada más que un momento de pausa antes de que el mercado se reactive".
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