Es difícil saber por dónde empezar con la última política del Ministerio del Interior, que evitará la llegada de mano de obra poco cualificada de Europa. Comencemos por la hipocresía que supone. El Comité Asesor de Migración (un organismo público que asesora el Gobierno sobre cuestiones de migración) escribió un informe en 2018 sobre el impacto de la migración del Espacio Económico Europeo en el Reino Unido. No os aburriré con todos los detalles, pero, en resumen:
- No hay pruebas que sugieran que los migrantes de la UE bajen los salarios o se queden con los trabajos de los británicos. No ha caído la formación o la selección de trabajadores británicos.
- Productividad: los migrantes de la UE tienden a ser muy productivos; trabajan más duro que los trabajadores británicos.
- Impuestos y beneficios: en total, los migrantes de la UE pagan 2.300 libras más por año de las que se llevan, por lo que no están mermando los recursos públicos. En total, eso suma a las arcas públicas hasta 4.700 millones de libras cada año.
- Existe carga para el servicio público?
- Sanidad: los migrantes de la UE son contribuyentes netos. Suelen ser jóvenes y estar sanos.
- Colegios: los hijos de migrantes de la UE suelen obtener buenos resultados y no hay pruebas de que hayan perjudicado los resultados de los niños británicos.
- Delincuencia: no hay efectos significativos en las tasas de delincuencia
- Vivienda pública: suelen alquilar. Las pruebas de que los migrantes de la UE suban los precios de la vivienda son marginales.
Por lo tanto, ¿los migrantes de la UE son una influencia positiva? Cabría pensar que sí, pero las recomendaciones del informe son que deberíamos permitir un mayor acceso de trabajadores altamente cualificados y restringir seriamente el acceso de aquellos poco cualificados y que ganan menos de 30.000 libras anuales. La Road Haulage Association (asociación de transporte por carretera) lo califica de "ignorante y elitista".
Supongo que, al menos, deberíamos estar agradecidos por que el Gobierno haya rebajado el umbral a 25.600 libras, pero el problema sigue siendo dónde vamos a encontrar trabajadores para nuestro sector. No acepto el argumento de que, simplemente, les paguemos más a los británicos. Esta que sigue es una afirmación controvertida:
"Los trabajadores británicos son de los más holgazanes del mundo, por lo que muchos prefieren quedarse en la cama hasta tarde a trabajar duro."
Cualquiera que dirija una planta de envasado o contrate a trabajadores para la agricultura simpatizará con esta afirmación. Tenemos una planta de envasado de cebollas en Lincs. Estar de pie en una línea de producción fría y polvorienta descartando cebollas podridas no es el mejor trabajo del mundo, pero alguien tiene que hacerlo. Nuestro porcentaje de mano de obra de Europa del Este oscila entre el 90 y el 100%. Sencillamente, los británicos no quieren hacer este tipo de trabajo. Entonces, volvamos a la afirmación anterior: en mi opinión, nunca se ha dicho mayor verdad. Pero ¿de quién son esas palabras? Son de un libro llamado Britannia Unchained escrito por cinco parlamentarios del Partido Conservador, entre ellos Dominic Raab, ministro de Exteriores, y Priti Patel, ministra del Interior. ¡Quién lo diría!
Hace poco estuve en los Estados Unidos y el tema candente era la mano de obra. Desde que Trump restringió el flujo de mano de obra mexicana, los sueldos se han disparado a alrededor de 18 dólares la hora. Pero ofrecer más dinero a los estadounidenses no es la solución, me cuentan. Los estadounidenses, como los británicos, no quieren hacer trabajo agrícola o en la planta de envasado, lo que ha desembocado en una escasez de mano de obra y un aumento de los costes.
Creo que el impacto inevitable a medio-largo plazo que esto tendrá es seguir llevándose la producción al extranjero. Ya importamos el 67% de nuestras frutas y hortalizas frescas, una cifra que creo que no hará más que crecer. La producción de hortalizas en el Reino Unido ya se encuentra en una fase en la que el productor británico está obteniendo ingresos insignificantes o negativos. Políticas gubernamentales como estas harán que muchos productores se planteen: "Tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo, mis tierras y mi dinero que cultivar hortalizas". Lo irónico de esto es que tenemos un Gobierno que impulsa la neutralidad de carbono y, al mismo tiempo, apuesta por una política que, inevitablemente, conducirá a un incremento de las importaciones.
¿Cuál es la solución? La robótica o la mecanización son la evidente, pero es un proceso lento. Este problema ya lo tenemos encima y la política del Gobierno nos va a llegar en cuestión de meses, no años. No creo que ningún grupo político de presión consiga que el Gobierno cambie de opinión. La agricultura suponía cerca de un 6% del PIB después de la guerra, mientras que ahora supone alrededor de un 0,6%, lo cual nos hace insignificantes. Es evidente que, en el nuevo sistema basado en puntos, hay puntos extra disponibles por trabajar en un sector con falta de mano de obra, que ahora mismo es la enfermería, la ingeniería civil, la psicología y el ballet clásico; ni una sola mención a la agricultura. Por lo tanto, creo de debemos ser realistas, aceptarlo y, por encima de todo, hacer presupuestos acordes y cobrar a los clientes en consonancia. Debemos revertir esta tendencia y empezar a dirigir la inflación a las frutas y hortalizas frescas. Acabemos con algo positivo: tal vez esta sea la excusa que estábamos buscando para retroceder y decir: "¡Hasta aquí hemos llegado!".
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Tim O'Malley
Nationwide Produce PLC
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