"Hace ahora un mes que teníamos un mercado de la piña en plena alza, con pocos volúmenes disponibles", cuenta François Moran, de la empresa Tropibana, situada en el MIN de Rungis. Esta falta de abastecimiento se debía básicamente a un tiempo desfavorable: "Por una parte, las inclemencias meteorológicas en Costa Rica y en Costa de Marfil. Hace demasiado frío para favorecer la subida de la savia y, por lo tanto, la producción. Y, por otra parte, están las tormentas en los puertos del norte, que retrasan la llegada de los productos. Ahora me están llegando las descargas con unos 5-6 días de retraso", explica François.
Esta falta de abastecimiento hace que los precios sean muy elevados, independientemente de la calidad: "Los retrasos pueden generar pequeños daños para la calidad, pero no tienen ninguna influencia en los precios. Hace poco recibimos piñas con una coloración muy verde, aunque gustativamente buenas, que habrían sido extremadamente difíciles de vender hace un tiempo. Pero en esta situación donde hay una falta real, la mercancía se vende al instante. Las piñas se recogen cada vez más verdes y se venden de forma previa con uno o dos días de antelación, independientemente de su coloración".
El resultado es una diferencia de precios poco marcada entre las piñas de buena calidad y las demás: "Las frutas de buena marca se venden actualmente a alrededor de 14-15 euros el paquete, y las de calidad media entre 12-13 euros, mientras que habitualmente eran al menos 5-6 euros más baratas", explica François.
Una situación crítica que, a pesar de los elevados precios, no permite compensar la disminución de las ventas ligada a la falta de volúmenes disponibles.
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François Moran
Tropibana
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