Mientras algunos se llevan las manos a la cabeza porque toda su actividad se ha parado, otros ven cómo se dispara exponencialmente la demanda. "Era de locura, pero de repente tuvimos un montón de trabajo", dice Coen Swager, de la empresa holandesa TB&S, que cultiva y envasa varios tipos de coles. "El jueves pasado, el pánico estalló en Escandinavia y los pedidos se triplicaron. Desde entonces, las existencias se han recuperado".
Coen Swager
"La demanda de Alemania no termina de despegar. Sin embargo, el suministro a los supermercados holandeses se está acelerando y esto se aplica a todos los tipos de col. Habíamos previsto que tendríamos mucho trabajo solo durante unos días, pero continuará sin duda más tiempo", dice Coen, quien no ve problemas en el abastecimiento. "Gracias a nuestras parcelas en Portugal, tenemos suficiente producto a nuestra disposición, por lo que si no hay problemas logísticos, tendremos suficientes coles".
Gran parte de la mercancía de TB&S va a clientes habituales y la empresa está cumpliendo estos acuerdos. "En el mercado libre, por supuesto, están subiendo los precios", dice Coen. La empresa de cultivo y envasado no tiene escasez de empleados. "Hemos tomado todas las precauciones posibles y estamos siguiendo las indicaciones del Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos (RIVM). Gracias a eso, de momento no hemos tenido bajas entre nosotros".
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