Desde que estalló la crisis del coronavirus, el sector de las frutas y hortalizas frescas, así como de los productos de alimentación en general, es de los que, afortunadamente, han podido continuar con su actividad. Los efectos de esta coyuntura, no obstante, son bastante notables.
“La demanda en el mercado interno se ha calmado un poco pero ahora los consumidores de países del norte de Europa están haciendo acopios masivos movidos por la psicosis colectiva, como ha ocurrido aquí en los últimos días. Esto está haciendo que se incrementen los pedidos en gran manera”, explica Sergio Orobal, gerente de la empresa alicantina Catman Fresh, especializada en la comercialización de cítricos en otoño e invierno y fruta de hueso en primavera y verano.
“La pregunta que nos hacen todos los compradores de la gran distribución cada día es: ¿cuánto podemos llevarnos? Es un caos, porque hace tiempo que intentamos abastecer toda la demanda procedente de la gran distribución, pero tenemos que dar prioridad a aquellos clientes que tienen más continuidad con nosotros. Por otra parte, se han cancelado muchos pedidos programados para el canal horeca. Los precios de los cítricos han subido, obviamente, porque la demanda ha sido superior”, cuenta el gerente de esta empresa.
Las tareas de cosecha, manipulación y envasado de la fruta se han ralentizado por las restricciones de movilidad y las medidas de higiene, que incluyen el distanciamiento de los trabajadores en al menos 1,5 metros. Las visitas a su central son prácticamente nulas y se extreman las medidas de higiene. “Los que trabajamos en la oficina lo tenemos más fácil, porque podemos quedarnos en casa. Otras trabajadoras y trabajadores deben quedarse encasa porque no tienen a nadie que cuide de sus hijos, ya que los centros educativos están cerrados desde hace días”.
A esto hay que sumar los costes de producción y logísticos, ya que muchos camiones vuelven de sus destinos vacíos al haberse paralizado gran parte de la industria. Además, al cerrarse restaurantes y hostales en las estaciones de servicio, hay muchos chóferes que no quieren salir a la carretera. Por otra parte, los controles en las fronteras hacen que los pedidos se atrasen.
Esta situación ha coincidido con una campaña de cítricos con una cosecha significativamente menor que la del año pasado, por las adversidades meteorológicas.
“Al margen de esta coyuntura del coronavirus, ha sido una buena campaña de cítricos para el agricultor, sin duda, incluso para la gran distribución. Para los comercializadores, no obstante, ha sido más complicado, porque aunque los precios han sido relativamente buenos, los márgenes quedan muy estrechos llevando incluso a pérdidas, sobre todo en limón y naranja, dado el alto nivel de destríos derivados de las tormentas. El porcentaje de fruta aprovechable en naranja y limón ha sido menor y los costes de producción se han incrementado. Está siendo un año complicado para nosotros”, manifiesta Sergio Orobal.
Incertidumbre para la fruta de hueso, que viene con grandes volúmenes
“Hemos tenido que cancelar algunos viajes a países europeos que organizamos para abrir los programas para la próxima campaña de fruta de hueso. Hay mucha incertidumbre sobre cómo empezará, ya que, además de no saber si llevarán a cabo mayores restricciones en el transporte y estados de alarma en otros países europeos, se prevé una producción muy importante de fruta".
A pesar de que se han arrancado plantaciones por las crisis de precios de las últimas campañas, se espera una cosecha con grandes volúmenes. "Los precios podrían ser razonables, pero también está el temor de que, como predicen los expertos, siga aumentando el número de casos de coronavirus y se detecte en algunas centrales de envasado, lo cual obligaría a ponerlas en cuarentena. Ya se ha dado algún caso en este sector”, concluye Sergio Orobal.
Para más información:
Sergio Orobal, director gerente
Catman Fresh
Camino de Iryda, s/n
03190 Pilar de la Horadada (Alicante)
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sergio@catmanfresh.com
www.catmanfresh.com