Desde el 12 de abril, la campaña de mangos está a su máximo nivel en Costa de Marfil, en un contexto inédito: medidas sanitarias para luchar contra la propagación de la COVID-19, nuevas organizaciones de trabajo para continuar cosechando y envasando los productos sin que corra riesgo la salud de los equipos, enlaces aéreos internacionales drásticamente disminuidos, por razones evidentes... Las frutas, de gran belleza, nos llegan, ¿pero a qué precio? 
Vincent Soler, directivo de Capexo:
"En una campaña normal, el precio del flete procedente de Costa de Marfil se sitúa alrededor de 1€/kg bruto, con la posibilidad de contar todos los días con vuelos de numerosas compañías aéreas. También podemos realizar cargas de volúmenes muy importantes".
"Este año, con las condiciones de confinamiento indispensables para luchar contra la crisis sanitaria, solo hay de 1 a 2 vuelos por semana, ¡sumando todas las compañías aéreas! Y con un límite de espacio respecto a la mercancía que podemos cargar".
"Como resultado, el precio del flete llega a alrededor de 3€/kg bruto. Y como esta situación inédita no solo afecta a Costa de Marfil, sino que a todo el mundo, la repercusión sobre el precio de venta es inevitable".
Vanessa Gournay, organizadora logística en Le Ranch Koba:
He aquí el testimonio de Vanessa Gournay, organizadora logística en el socio productor de Capexo, Le Ranch Koba, desde hace 24 años, sobre la situación sanitaria y la organización establecida para asegurar la cosecha, el envasado y la expedición de mangos por avión:
En esta situación inédita, ¿cómo se prevé la campaña de mangos para este año?
"La campaña comenzó un poco más tarde, ya que se abrió el 12 de abril, pero no tuvo nada que ver la COVID-19. La floración ha sido más tardía debido a las condiciones meteorológicas, de ahí la decisión de los prefectos de la región y de los profesionales del sector del mango de retrasar la campaña. A pesar de las circunstancias excepcionales, podemos presagiar que el producto será de muy buena calidad. En Costa de Marfil, cuando se habla de apertura de la temporada, la variedad Kent cobra todo el protagonismo. Es un mango muy dulce, con un gran aroma y una bella textura. ¡Será un éxito!".
Las medidas tomadas para luchar contra la COVID-19 afectan a nuestro día a día... ¿Qué ocurre en Costa de Marfil?
En general, el Gobierno ha aplicado aquí las mismas medidas que en numerosos países europeos. Se han cerrado las escuelas, los transportes públicos no pueden llevar a más de la mitad de los pasajeros para limitar el contacto... El confinamiento también está en vigor, aunque se haga a escala de ciudad y no en cada casa, de forma individual. Por el contrario, existe un toque de queda en todo el territorio: no hay salidas entre las 21:00 h y las 05:00 h".
¿Cuáles son las consecuencias para los agentes económicos?
"El Gobierno ha impuesto el cierre de las fábricas a las 19:30 h, para dejar que a la gente le dé tiempo a llegar a sus casas antes del toque de queda. La libre circulación entre el norte y el sur del país todavía está autorizada para las mercancías, aunque está prohibida para las personas. Para nosotros es una buena noticia, el norte es la región de los mangos y el aeropuerto se encuentra en el sur... Pero debemos actuar de forma responsable y tomar las medidas necesarias para proteger a nuestros trabajadores".
¿Cuáles son las consecuencias de la COVID-19 para la campaña de mangos en la cadena de suministro?
"Existen numerosos factores que provocan una ralentización global del conjunto de la cadena. El abastecimiento local es más complicado, ya que hay que limitar el número de recolectores. Además, en las centrales de envasado, el trabajo ha disminuido al menos un 40%: el toque de queda limita las horas de apertura y hay menos personal, puesto que hay que respetar una distancia de 1,20 m entre los empleados. El envío por avión también presenta dificultades. Hay pocos vuelos, y los que quedan han multiplicado la tarifa de flete por tres. Esto tiene un impacto en los precios de venta. En Ranch Koba, tuvimos que poner los medios para asegurar la exportación limitando al máximo los riesgos. Nuestros clientes, como Capexo, han podido recibir sus primeros mangos".
¿Cómo os habéis adaptado en Ranch Koba?
"Antes de la apertura de las fábricas, hemos puesto en marcha nuevos protocolos y establecido las instalaciones necesarias. Hemos tenido que obtener la aprobación de los profesionales fitosanitarios y formar a todo nuestro personal, explicar las medidas y los nuevos dispositivos. Hemos realizado una reflexión global sobre cómo ocuparnos de nuestros trabajadores toda su jornada. Porque antes de llegar al lugar de trabajo, la etapa número 1 es el transporte. Enviamos un autobús cada mañana para llevar a los empleados de su domicilio a Ranch Koba. Contamos con varios autobuses para respetar las normas sanitarias y limitar los contactos. Antes de subir: se lavan las manos con gel hidroalcóholico, se les toma la temperatura y se ponen la mascarilla. Por la tarde, se repite el proceso, cuando llevamos a nuestros trabajadores a sus casas. Una vez en Ranch Koba, los autobuses se desinfectan con lejía y se vuelven a lavar las manos. Por supuesto, se llevan a cabo medidas de distanciamiento. Para ello, hemos revisado los puestos de trabajo: se han instalado separadores en toda la cadena de producción y se ha reducido el número de clasificadores, para que no hubiese varias personas en la misma bandeja. Como de costumbre, los guantes y la redecilla son obligatorios, también la mascarilla, y hay que cambiarlos varias veces al día".
El abastecimiento de mascarillas es complicado en Francia, ¿y para vosotros?
"En Costa de Marfil hubo una gran ausencia de mascarillas, como en otros muchos países. Nosotros pudimos abastecer, pero no de forma suficiente, por lo que debimos fabricar mascarillas de tela con las costureras locales. El norte de Costa de Marfil por ahora no se ha visto muy afectado, hay que ser prudentes, no podemos saber cómo va a evolucionar la situación. ¡La prioridad es protegerse!"
Para más información: 
François Bellivier
Capexo
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