Aunque la semana pasada el mercado de la sandía estuvo bastante calmado, las altas temperaturas de la semana anterior dinamizaron mucho las ventas: "La sandía es un producto muy influenciado por el tiempo. El consumo depende mayoritariamente de la temperatura. Hemos tenido algunas semanas en la temporada en las que los volúmenes introducidos en el mercado han sido relativamente importantes, con precios bastante bajos. Al contrario que las dos primeras semanas de agosto, la disminución de la oferta junto al aumento de la demanda han aumentado los precios al alza. La semana pasada, el consumo fue bastante escaso, ya que muchos de nuestros clientes están de vacaciones y el tiempo ha cambiado, pero, aunque las ventas disminuyen, los precios se mantienen", explica André Diogo, responsable de Mighirian Frères.
La crisis sanitaria de este año tendrá un gran impacto en la temporada: "La campaña de 2020 va a terminar antes, puesto que hay menos volúmenes que el año pasado. La COVID-19 ha generado perturbaciones en la producción, por lo que la cosecha se ha visto impactada. Además, hemos vendido más sandías enteras de menores calibres este año, y las ventas de sandías cortadas en cuartos o a mitades han sido menos dinámicas".
En general, André está satisfecho con la temporada de 2020: "La campaña acabará sobre la segunda semana de septiembre. Pero, en general, en los meses de abril a julio, hemos vendido más volúmenes de sandías que el año pasado. En cuanto a la calidad, trabajamos siempre con nuestro socio Bollo, con el que estamos plenamente satisfechos".
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André Diogo
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