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Craig Stauffer, CEO de Vanguard International

Aunque el temor de los consumidores remite, los precios de la cereza siguen deprimidos en China

En la última semana de enero, los inspectores chinos detectaron COVID-19 en un envío de cerezas importadas. El mercado notó los efectos inmediatos de esta noticia: los precios y la demanda cayeron. "Las primeras noticias del resultado positivo a la presencia de COVID-19 en cerezas tuvieron un efecto negativo casi inmediato en los precios", recuerda Craig Stauffer, CEO de Vanguard International. "Hubo un breve movimiento positivo de los volúmenes de venta y los precios, pues los mercados creían que el precio había tocado fondo, dispuestos a apostar que los precios subirían. Sin embargo, con la llegada de más volúmenes, una vez más estamos viendo una presión a la baja sobre los precios".
 
Stauffer destaca que los precios estaban ya deprimidos antes de que esto ocurriera. "Chile había enviado más de 70 millones de cajas de 5 kilos de cerezas a China y, francamente, es el volumen lo que está deprimiendo los precios tanto como cualquier noticia de presencia de COVID-19. Con las condiciones de mercado actuales, hay una gran diferencia entre los precios de venta medios en China y los ingresos esperados para los productores en Chile; va a haber un equilibrio muy frágil en cuanto a quién debería absorber qué porcentaje de las pérdidas", explica.

Reacción rápida de las autoridades
Las autoridades fueron muy rápidas respondiendo con un mensaje positivo para los consumidores para asegurarles que podían confiar en los alimentos que consumían. "En China la prensa no ha dejado de enviar el mensaje de que la COVID-19 no se puede transmitir a través de los alimentos. Ahora que se pueden hacer pruebas para cualquier número de patógeno en mediciones de partes por mil millones, si buscas algo, casi seguro que lo encontrarás", señala Stauffer.
 
Li Ning, subdirector del Centro Nacional de China para la Evaluación del Riesgo de Seguridad Alimentaria, indicó también durante una conferencia de prensa: "El hecho de que algunas muestras de alimentos dieran positivo a coronavirus no significa que puedan provocar infecciones. Las pruebas apuntaban a los fragmentos de ácidos nucleicos víricos, y los resultados positivos podían provenir de virus tanto vivos como muertos".

Después de las primeras noticias, también se vieron afectadas las ventas de otras frutas importadas. Por suerte, no duró mucho. "Gracias al fuerte mensaje de que no existe prácticamente riesgo de infección por el consumo de fruta importada, las ventas han recuperado su ritmo normal. Los medios en China han sido muy positivos en su mensaje de que el riesgo de infección es ínfimo y han alentado a los consumidores a lavar la fruta antes de consumirla", comenta Stauffer.
 
Según él, la situación pone de relieve la importancia de la seguridad alimentaria para el consumidor chino. "Es una tendencia que se va a reforzar en el futuro. Podemos, y deberíamos, esperar un aumento de la demanda de trazabilidad y transparencia a lo largo de la cadena de suministro, no diferente de lo que está pasando en Norteamérica. Los retailers y los consumidores chinos van a exigir saber cómo se cultiva la fruta, quién la cultiva y qué ocurre del campo a la mesa", avanza Stauffer.

Efectos en el mercado mundial
La mayoría de la cosecha de cereza de este año ya se ha enviado y vendido, y la fruta que está de camino se aceptará en China después de las inspecciones, que se han reforzado. "Se ha hablado de desviar producto, pero la realidad es que todos los mercados de Asia se han visto afectados por los altos volúmenes y también por la detección de COVID-19. Es totalmente probable que la fruta desviada a otros mercados de Asia acabe generando ingresos todavía menores", explica Stauffer.
 
Si bien más del 90% de la cosecha de cerezas chilena se destina a China, Estados Unidos y Canadá son mercados que han crecido. Por fortuna, estos mercados no se han visto afectados por este incidente. "Hasta la fecha, este descubrimiento en China no ha afectado ni a las ventas ni a los precios en Norteamérica. Por descontado, el retail y la venta al por mayor vigilarán de cerca la situación. Por el momento, no obstante, el mayor reto en Norteamérica es la logística –los tiempos de envío, llevar los contenedores a los puertos y los campos y en sentido invernso, etcétera–, en particular en la costa oeste", dice Stauffer, que para cerrar indica: "Sin embargo, ahora que los volúmenes de fresa son más bajos, podríamos ver promociones con cerezas para San Valentín".

Más información:
Andrea Bava
Tel.: +1 (778) 908-1764
Email: andrea@blitzme.ca 
www.vanguardteam.com

Fecha de publicación: