Pese a que la campaña del melón francés está en pleno apogeo, a la demanda le cuesta despegar. "En el ámbito de la producción, todo va bastante bien. Las fuertes fluctuaciones meteorológicas han provocado brechas en la producción, pero ahora mismo es relativamente estable. En términos de calidad, estamos igualmente satisfechos este año. Distribuimos, entre otras, la marca La Petite Rouquette, que tiene un nivel gustativo óptimo. El problema reside más bien en el consumo, que no acompaña. Las altas temperaturas no han estimulado realmente la demanda. Además, muchas personas salen fuera el fin de semana, algo que no juega a nuestro favor", explica Mourad Ben Salem, gerente de la empresa Med’Essor.
"Pensábamos que la falta de fruta de hueso estimularía la demanda de melones"
Si hoy por hoy el melón alcanza precios muy bajos, hace quince días se vendía bastante caro. "Creo que ha habido una cierta curiosidad por parte del consumidor que lo ha llevado a interesarse por el melón, pero no ha durado. Pensábamos que con la falta de albaricoques y cerezas este año la demanda se desviaría a frutas como el melón, pero la realidad es otra totalmente. El mes de junio sigue siendo un mes importante para nosotros, porque tenemos muchas referencias disponibles, pero las ventas están sorprendentemente calmadas este año", explica Mourad.
"Tenemos que recuperar el equilibrio"
La reapertura de restaurantes tampoco ha repercutido en la demanda. "Debemos encontrar un equilibrio para nuestros clientes restauradores y para nosotros". Pero, pese a la falta de demanda por parte del consumidor y de la restauración, Mourad se mantiene optimista: "No hay nada perdido porque aún queda mucha temporada. La situación todavía puede mejorar con la llegada del verano, y esperamos que la demanda se recupere".
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Mourad Ben Salem
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