¡Suscríbase a nuestra newsletter y manténgase al día con las últimas noticias!

Suscribirse Ya soy suscriptor

Está usted usando un software que bloquea nuestros anuncios.

Ya que publicamos noticias gratuitamente, dependemos de los ingresos de nuestros banners. Por favor, le rogamos que desactive su bloqueador de anuncios y recargue la página para poder seguir visitando esta web.
¡Gracias!

Haga clic aquí para leer la guía de cómo desactivar su bloqueador de anuncios.

Sign up for our daily Newsletter and stay up to date with all the latest news!

Suscripción I am already a subscriber

El sector francés de la cebolla, bajo presión

Los diez mayores operadores del sector de la cebolla se reunieron recientemente para elaborar un resumen de la cosecha de 2021 de cebollas amarillas y rojas, como ampliación del informe económico de agosto. Aunque siguen existiendo algunas preocupaciones, el balance es finalmente más positivo de lo que se anunció al principio de la campaña.

Un año deficitario en volúmenes y calibres
Según la región, la cosecha de cebollas termina entre mediados de septiembre y principios de octubre, dependiendo de las condiciones meteorológicas de finales de septiembre y de la madurez de los Allium.

En el caso de las cebollas amarillas, esta nueva campaña tendría un déficit de volumen de entre el 12% y el 20% en comparación con un año normal. Este descenso del volumen no está relacionado con una reducción de las superficies de producción, sino con el hecho de que algunos lotes se han obtenido con bulbos de pequeño calibre y de mala calidad sanitaria.

Este año, la gran mayoría de los volúmenes son de calibre medio (50/70 mm) o pequeño (40/50 mm). Las malas condiciones meteorológicas del principio del verano no favorecieron su ciclo vegetativo por la falta de sol y, además, provocaron ataques de mildiú incluso en las variedades conocidas por su resistencia. Los calibres grandes y muy grandes que fueron comunes el año pasado, excepto en el norte, serán escasos en los próximos meses. Esto dará lugar a algunas complicaciones a la hora de satisfacer ciertos mercados, como la industria o el pelado.

Aunque globalmente los lotes de cebollas amarillas son de buena calidad sanitaria gracias a las condiciones meteorológicas más secas y calurosas de la segunda parte del verano, siguen existiendo interrogantes sobre la mala evolución de algunos lotes almacenados. De hecho, algunos de ellos presentan bacteriosis o fusariosis, pero sin alcanzar las proporciones de este inicio de campaña.

Las primeras estimaciones de las cebollas rojas también revelan una falta de volumen por las mismas razones que las cebollas amarillas. También se observa un déficit de calibre con una mayoría de 40/60 mm y muy pocas de 60/80 mm. La consecuencia de este estado será probablemente una reducción del periodo de comercialización en beneficio de los productos importados. Para evitar esta perspectiva, los diez operadores instan a las grandes y medianas superficies a que ajusten sus pliegos de condiciones de los productos envasados para autorizar la inclusión en la lista de tubos o cilindros de 5 bulbos de 500 g, además de los tubos o cilindros de 4 bulbos de 500 g.

Niveles de exigencia excesivos
A pesar de toda su implicación en las fases de selección, clasificación y control en sus centros de envasado y expedición, los operadores del sector señalan excesos de apreciación en ciertos resultados de clasificación que parecen infundados con niveles de exigencia e indicadores muy por encima de las reglas de la normalización de la CEE/ONU.

En las últimas semanas, en el marco de los contratos de "fecha de recepción", algunos agentes de la distribución han decidido reducir los plazos de las fechas codificadas, que inicialmente estaban entre 8 y 15 días, para optimizar la frescura de los productos. Como recordatorio, la producción es el resultado de una única cosecha anual, y un contrato "fechado" no repercute sistemáticamente en la calidad de los productos y su conservación.

La ley AGEC prevé la reducción del uso de plásticos, con la posibilidad de cambiar a envases de celulosa de madera, papel o cartón, lo que supondrá unos costes adicionales muy importantes y preocupantes.

Además, los fabricantes y distribuidores de envases de origen ecológico prevén una probable escasez de materias primas en un futuro próximo, lo que podría provocar interrupciones en el suministro y aumentos de precios adicionales. Con el aumento de los costes de la energía (gas, electricidad) y de la mano de obra, el equilibrio económico de los operadores del sector se verá seriamente afectado si los distintos agentes del sector no tienen en cuenta este contexto extremadamente desfavorable.

Iniciativas agroecológicas: ¿realmente sostenibles?
Ante la fuerte implicación de los operadores del sector, incluidos los productores, en los distintos procesos de certificación en beneficio de la transición agroecológica (cero residuos de pesticidas, sin residuos detectados, ecológico, cultivado sin pesticidas, alto valor ambiental, etc.), parece necesario recordar los costes y riesgos adicionales que genera esta nueva dinámica de progreso medioambiental. Así, después de más de tres años de condiciones meteorológicas favorables para la conservación de la salud de las plantas, esta última temporada de producción, más húmeda y menos cálida, puso en tela de juicio un cierto número de principios agronómicos que parecían darse por supuestos y dominados; la naturaleza se impuso. Esta combinación de acontecimientos hizo que se redujera la calidad de los lotes y que los rendimientos se vieran afectados en comparación con los métodos de producción más tradicionales. En consecuencia, las perspectivas de comercialización se reducen entre un 10% y un 30% de una producción normal.

Los operadores también señalan que, más allá de estos aspectos culturales, esta segmentación de la oferta medioambiental genera costes de gestión de la cadena de suministro en el cultivo, fragmentación en el almacenamiento y presupuestos de análisis muy significativos para las obligaciones de resultados y cumplimiento fitosanitario liberatorio. Esta situación supone un reto para los productores, que actualmente se plantean si merece la pena apostar por estas iniciativas en el futuro.  

Conclusión
El sector de la cebolla se encuentra, pues, en la encrucijada de un cierto número de elementos perturbadores que pueden debilitarlo con el tiempo. Por lo tanto, debe ser objeto de una mayor vigilancia. Si hoy el mercado de la cebolla es estable con precios que se mantienen, se espera una evolución en la segunda parte de la campaña en febrero/marzo con precios que podrían repuntar a la vista de los mercados europeos y mundiales. 

En conclusión, los diez principales operadores del sector de la cebolla recuerdan a los agentes posteriores la necesidad de avanzar conjuntamente hacia una relación comercial equilibrada, pragmática y dinámica para comprender mejor los impactos técnicos y económicos de la transición agroecológica antes de que un sector "Made in France" no pueda permitirse seguir cocinando con cebollas.