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¿Las exigencias de la UE tienen en jaque al banano de exportación latinoamericano?

José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (Aebe), conversó con Semana sobre la preocupación general ante los bajos precios con los que el banano está siendo reconocido en el comercio exterior y por las certificaciones exigidas por el mercado europeo.

“El supermercado te pone un condicionamiento, te dice que es opcional; pero si no lo tiene, no te compra, entonces no es opcional. Te pone diferentes condicionamientos, pero no ves un valor dentro del manejo del sello a más de que sea una obligación. Le hemos dicho a los supermercados que quisiéramos un estudio donde el cliente entre al supermercado y diga ‘yo quiero un banano con el sello de la rana’ y ‘quiero pagar más por este sello’. Entonces, tenemos un inconveniente desde la política de la estrategia ‘De la granja a la mesa’ que encarece, y el otro inconveniente de que los supermercados no quieren pagar por ese costo de sostenibilidad. Y las certificadoras, generando toda esa presión adicional, donde indican que sí hay compensación, pero en realidad no la hay”.

“Es un gran problema de sostenibilidad económica. La región está muy comprometida con la sostenibilidad, con todo lo que se requiera, pero la UE no puede ser incoherente de hacer un requerimiento donde nos cuesta más, pero sus supermercados quieran pagar menos”.

“Nos hemos unido en este trabajo regional para cuestionar técnicamente a las certificadoras. Empezamos en abril de 2020 con países como Colombia, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Panamá e hicimos un trabajo técnico, indicando a la certificadora que hay formas en su actualización a la norma que no son necesarias en miras a la sostenibilidad, que son esquemas que nos generan más costos. Juntos podemos construir una norma que sea sostenible, pero también costo-eficiente. Por la presión que hemos hecho, de manera regional, representando el 65% de la producción global, logramos cambiar 108 puntos de esa actualización de la norma Rainforest del año 2020”.

“También se ha vinculado a los gobiernos. Hubo una reunión de los ministros de Agricultura de todos los países bananeros, el 12 de enero de este año, donde se ratifica la posición del sector privado que hemos venido motivando nosotros de buscar una responsabilidad compartida hacia la Unión Europea. La propuesta técnica es que los supermercados tomen la metodología que tiene Fairtrade, el comercio justo. ¿En qué consiste? Fairtrade tiene un análisis de la estructura de costos de cada país. Ese modelo es necesario poderlo discutir como un modelo que sí está funcionando”.

“Tenemos que seguir posicionando el mensaje de que el esfuerzo de producir un banano de calidad a nivel latinoamericano tiene que ser reconocido y que las certificadores no pueden tomarse un rol de imposición de estándares supranacionales con un fin de poder pelearse entre ellas a ver cuál es el más verde”.

 

Fuente: semana.com

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