¡Suscríbase a nuestra newsletter y manténgase al día con las últimas noticias!

Suscribirse Ya soy suscriptor

Está usted usando un software que bloquea nuestros anuncios.

Ya que publicamos noticias gratuitamente, dependemos de los ingresos de nuestros banners. Por favor, le rogamos que desactive su bloqueador de anuncios y recargue la página para poder seguir visitando esta web.
¡Gracias!

Haga clic aquí para leer la guía de cómo desactivar su bloqueador de anuncios.

Sign up for our daily Newsletter and stay up to date with all the latest news!

Suscripción I am already a subscriber

El calor reducirá la cosecha de la patata de Álava y adelantará los arranques

Las intensas olas de calor que está sufriendo España desde hace ya meses dejarán su impacto en la producción de patatas en la provincia de Álava. Aunque aún es pronto para dar cifras, se prevé que el calor incidirá en el número de tubérculos por planta reduciendo la cosecha, explican desde Udapa.

“Las altas temperaturas también están afectando al tamaño del tubérculo, impidiendo que este se desarrolle adecuadamente alcanzando mayores calibres”, remarca Jon Legorburu, técnico agrícola de Udapa. Aun así, “la buena noticia es que, hasta la fecha, la calidad de la patata es muy buena, por lo que esperamos que se mantenga así hasta el momento de su recolección”. 

Durante esta campaña, cuyo arranque se prevé que se adelante a los últimos días de agosto precisamente por el calor, en la cooperativa se recolectarán un total de 345 hectáreas de patata, de las cuales 280 se destinarán para patata de consumo, y 65 para patata de siembra. “Este año tenemos entre un 5 y un 7% menos de superficie con respecto al año pasado, y es que los altos precios de los fertilizantes y carburantes, así como la jubilación de algún socio productor han hecho que, a pesar de todos nuestros esfuerzos, perdamos algo de terreno”, cuenta Legorburu.

Ensayo de boniatos
La cooperativa este año ha plantado 2 hectáreas de boniatos a modo de prueba para comprobar si su cultivo es viable en la provincia. “Nuestro principal objetivo es aprender de este cultivo, ver cómo se adapta a nuestro suelo y a las condiciones climatológicas”, asegura Legorburu. “Esperamos poder recolectar los primeros boniatos en la primera quincena de octubre, y dependiendo de su rendimiento intentaremos seguir ampliando las hectáreas del mismo. Aunque sabemos que va a ser complicado, ya que al ser un cultivo que está muy poco mecanizado, necesita mucha mano de obra y actualmente en la provincia es muy complicado encontrar gente que quiera trabajar en el campo”. 

Por otro lado, la cooperativa alavesa sigue apostando por la producción (tanto a nivel de siembra, como para consumo) de Edurne y Beltza, dos variedades creadas en colaboración con Neiker; así como en la obtención de una patata con residuo 0 mediante la utilización de bioestimulantes.

 

Fuente: ecomercioagrario.com

Fecha de publicación: