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"No nos hemos quedado dormidos en los laureles ahora que el mercado ruso está cerrado para nuestras manzanas"

Visitamos una empresa frutícola moldava, Vilora-V.S., en Stolniceni, un municipio del distrito de Edinet. Stolniceni se encuentra en el norte de Moldavia, a 40 km de la frontera ucraniana y a 15 km de la frontera rusa.

Ion Bajereanu y su familia poseen y dirigen Vilora-V.S. El padre de Ion empezó a cultivar manzanas con fines comerciales en un campo patrimonial a finales de los 90. "Los inicios fueron difíciles", recuerda Ion. "Por aquel entonces, como sociedad, todavía llevábamos la carga heredada de nuestro pasado comunista. La transición a la modernidad no fue fácil. Y en ocasiones, aún veo esa mentalidad comunista en las personas de más edad, incluidos nuestros empleados".

"El respeto por la propiedad privada, por ejemplo, no es un concepto con aceptación generalizada. A veces, uno de mis trabajadores se lleva algunas manzanas a casa para la familia sin preguntar. Hemos ido construyendo la empresa gradualmente a base de prueba y error. Solo hemos hecho un verdadero progreso en los últimos años y los resultados están mejorando. Miro al futuro con optimismo".

Nueva plantación

Todavía hay muchas variedades de manzanas tradicionales en Moldavia
Vilora-V.S. cultivó variedades tradicionales de manzana hasta que plantó 20 hectáreas de nuevas variedades hace tres años. Fue un emprendimiento costoso –entre 25.000 y 35.000 euros por hectárea, según Ion– pero necesario si se tienen las miras puestas en Europa y otros mercados exigentes. "Hay dos motivos principales por los cuales muchos pequeños productores con variedades de manzanas antiguas y métodos de cultivo tradicionales siguen activos y sobreviviendo. Una es que el mercado ruso –donde podíamos vender nuestra fruta hasta hace poco– estaba abierto a todas las variedades", explica.

"Otra es que la política de subvenciones de nuestro Gobierno nunca ha sido selectiva. Todo el mundo recibe apoyo, incluso aquellos que no invierten en sistemas de riego, nuevas variedades, mallas antigranizo o buenas prácticas de cultivo. Así, evidentemente, nuestro sector no va a avanzar. Estimo que el 10 por ciento de los productores están listos para entrar en el mercado europeo; el otro 90 por ciento puede vender sus manzanas casi exclusivamente en el mercado interno, ahora que se ha perdido el mercado ruso. Todavía tenemos muchos productores pequeños".


Victor Bejereanu, propietario

El precio de una política fallida
Ion estima que más de la mitad de las pequeñas explotaciones con campos antiguos desaparecerán en el plazo de una década. Sencillamente, no pueden estar a la altura de los nuevos estándares. La gran vecina Ucrania, donde las manzanas se cultivan principalmente en los Cárpatos, hizo los deberes hace años, según Ion, e invirtió esfuerzos en nuevas variedades y modernización. "Nosotros, por otro lado, nos hemos quedado atrás, y eso tiene mucho que ver con nuestra mentalidad", explica.

"Ahora que Rusia ha desaparecido como mercado, tenemos dificultades para acceder a nuevos mercados. Por lo general, nuestras manzanas no son buenas, ya sea en calidad o en cantidad. Si un gran retailer quisiera, por ejemplo, una carga semanal de Gala roja, pocos podrían satisfacer la demanda. Ahora estamos pagando el precio de esa política fallida. Nuestro país todavía no se ha puesto al día con el mercado moderno".

Ponerse al día
Vilora-V.S. suministra sus manzanas a una cooperativa que las exporta a varios países. "No tenemos suficientes volúmenes para negociar unos precios buenos con los compradores verdaderamente grandes, como Kaufland, por ejemplo. Las manzanas de exportación moldavas están encontrando buenos mercados en algunos países asiáticos, como Bangladesh. Sin embargo, ahora nos estamos preparando a fondo para los requisitos de calidad del mercado europeo, lo que incluye el envasado. Estamos trabajando para obtener certificaciones como GlobalGAP. Aunque eso requerirá cierto trabajo; tenemos que conseguir que todos se suban a bordo, incluidos nuestros empleados", señala Ion.

Mallas que protegen del granizo y de las quemaduras solares

También en Moldavia falta mano de obra
Y, según Ion, ahí reside el mayor reto para las empresas de cultivo modernas: el problema del personal. "Podría sonar extraño para Europa occidental, pero nos cuesta encontrar trabajadores, al menos, los aptos. Nuestra mano de obra es barata, pero la calidad no siempre es alta. Muchos jóvenes se mudan a Europa occidental, así que, a menudo, nos quedan los empleados de más edad, a quienes no podemos pagarles un sueldo ni cercano al que ganarían en Francia o Italia. Los cuidamos mucho, insistimos en eso. Un trabajador satisfecho es un trabajador productivo".

El campo todavía no ofrece variedades club
No encontraremos muchas variedades club como Fuji o Pink Lady –manzanas que, indudablemente, garantizan el éxito en el mercado europeo– en los campos de Vilora-V.S. "Todavía son muy caras para nosotros. Hay que pagar royalties anuales. Esperaremos un par de años a ver cómo se desarrolla todo, y luego decidiremos si cambiamos alguna variedad o tipo de fruta. Al fin y al cabo, también cultivamos cerezas y manzanas. En cuanto a las variedades de manzanas, estoy considerando arrancar las Braeburn porque no funcionan demasiado bien en el mercado europeo. La Golden Chief o Gala podrían ser las alternativas".

Pese a todos estos retos, Ion se muestra optimista con el futuro de su explotación. "No nos vamos a quedar dormidos en los laureles ahora que el mercado ruso está cerrado para nuestras manzanas. Desde luego, buscaremos alternativas. Tenemos tierras y mano de obra baratas, lo cual juega a nuestro favor. Podemos generar beneficios, nuestros productos son competitivos. Y aunque no tenemos la mentalidad ni la tecnología ni la infraestructura holandesas, podemos competir con muchos países. E incluso en esas zonas, veo movimiento. Los anteriores vetos rusos fueron lo que impulsaron la primera modernización en Moldavia. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que necesitábamos tecnología de clasificación y envasado. Por tanto, en la situación actual, nos iremos adaptando paulatinamente a los estándares europeos también. Solo necesitamos más recursos para que la asociación Moldova Fruct promocione nuestros productos en el extranjero, y estaremos listos", concluye Ion.

Para más información:
Victor Bejereanu
Vilora VS
4640 Stolniceni (Moldavia)
Tel.: +373 246 63319
Email: vilora-vs@mail.ru 

Fecha de publicación: