La climatología ha incidido en la producción de calçots, reduciendo los volúmenes en el momento más alto de la temporada. Albert Pàmies, productor y miembro de la Asociación de Mayoristas del Mercado del Camp, explica que el frío ha frenado su crecimiento justo cuando hay más demanda, disminuyendo la cantidad de calibres comerciales disponibles e incrementando el precio de la hortaliza entre 2 y 5 céntimos por unidad.
"Queremos hacer la calçotada y la queremos hacer todos ahora. Bien, pues si no entran suficientes calçots quizá la tengamos que hacer otra semana. Porque, si se va al supermercado o a la tienda y no se encuentran, qué remedio. Pero creo que si dentro de unos días hace un poco de sol esto se arreglará, y pronto tendremos muchos más".
Los productores dejan claro que nadie se va a quedar sin calçotada, pero que ahora mismo hay dificultades para conseguir todos los calçots que se piden y con las cualidades habituales. "Este año han salido menos piernas por cebolla plantada. También debemos tener en cuenta que restaurantes y grandes mercados están trabajando mucho y piden muchas unidades. Y finalmente parece que también es importante que todos los calçots que se habían avanzado mucho con las altas temperaturas del otoño ahora, con el frío desmedido de este enero, se han detenido completamente y no crecen", señala el presidente de la IGP Calçot de Valls, Dalmaci Clofent.
La falta de producto en estos momentos podría provocar, no obstante, un alud de producción más adelante de la campaña si el tiempo acompaña, lo que podría suponer también un problema. Otra incógnita planteada desde la IGP es saber si se cumplirá la previsión de los 20 millones de calçots que se proyectaban para esta temporada teniendo en cuenta esta situación.
Fuente: ccma.cat
