Así lo estiman desde la organización agraria COAG, como consecuencia del aumento de los costes de producción, que ya alcanzan los 10.000 euros por hectárea cultivada, y la falta de agua que, como explica a Efeagro el responsable de patata de la organización, Alberto Duque, podría provocar que los agricultores desechen la plantación de patata y opten por otros cultivos más rentables como el girasol.
El año pasado el cultivo ya registró una caída de un 7% alcanzando su mínimo histórico con 1.942.778 toneladas, de acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; ahora, el responsable de patata de COAG estima que la producción se quedará alrededor 1,5 millones de toneladas.
Esta caída estimada en la producción también podría dejar su huella en el comercio exterior de la patata española, cuyo saldo comercial en el segmento de la patata de consumo es tradicionalmente negativo, y tras alcanzar además un valor acumulado récord de casi 100 millones de euros –datos hasta septiembre de 2022– según el Ministerio.
Cabe recordar que desde que se aprobó la salida de Reino Unido de la Unión Europea, las exportaciones al mercado británico han caído hasta alcanzar las “cero” unidades de patatas, lo que ha afectado notablemente a los productores españoles, ha subrayado Duque.
Duque ha resaltado asimismo la entrada de patata de Israel y el precio al que se vende, más bajo que la nacional, que dificulta a los productores competir con el mercado exterior.
Menos cosecha y precios más altos
El descenso de la producción podría hacer que los precios para el consumidor esta campaña sean más altos: los últimos datos del MAPA cifran en 0,65 el precio medio de la patata en el mercado de origen durante la semana 14 del año (primera semana de abril), que ya refleja un incremento notable desde los 0,40 euros por kilo que registraba en la misma semana de 2022 y los 0,38 euros en 2021.
Fuente: efeagro.com