Ya ha comenzado la recolección de la fruta de hueso en las zonas más tempranas de Aragón. Mequinenza inició la campaña el pasado 25 de abril, y a partir del 2 de mayo lo harán otras localidades productoras de las comarcas oscenses de Bajo Cinca y Cinca Medio; este año sin el impacto de las heladas, tras dos años de gran afectación, pero con preocupación por la ausencia de precipitaciones.
El problema, como explicó el secretario provincial de UAGA en Huesca Óscar Moret, son las restricciones de agua para riego, ya que las especies tempranas en recolección necesitan una aportación de unos 40.000 litros por hectárea para "engordar la fruta", pero los cupos establecidos por Riegos del Alto Aragón solo son de 17.000 litros por hectárea.
Esto está obligando a los fruticultores a "regar en precario" y escasamente las producciones tardías, para asegurar el buen término de las que comienzan a llegar a los mercados, recuerda Moret.
A la falta de agua se han sumado esta semana las elevadas temperaturas, que hacen que "la transpiración del árbol sea mayor" y en el caso de la cereza "se quede blanda", detalla el representante de UAGA. Por ello, confían en que lleguen las lluvias e incluso en que, dado que parece complicado que haya segundas cosechas de cereal, "el agua que se libere de estas producciones pueda ser utilizada en los frutales".
Preocupación por las plantaciones de cereza en altura
Preocupa especialmente la situación de las plantaciones de cereza en altura en la comarca de Calatayud. Se trata de plantaciones que no cuentan con riego de apoyo y en los que el fruto se desarrolla gracias a las lluvias propias de esas zonas. Este año, sin embargo, la situación es tan distinta que "los árboles no brotan, tirarán la producción e incluso se pueden morir", advierte Moret.
Fuente: heraldo.es