Jean-Pascal Scardigli acaba de iniciar la campaña de la berenjena, el principal cultivo de su explotación. "Este año nos hemos adelantado unos días porque en las últimas semanas hemos tenido un poco más de sol que en la campaña anterior. Cosechamos las primeras berenjenas el martes y soltamos insectos como parte de la gestión integrada de plagas. Estamos listos para la temporada".

Un inicio de campaña positivo a pesar de las preocupaciones por el futuro
Aunque sus clientes mayoristas esperaban berenjenas francesas, gran parte de la gran distribución todavía no ha abierto sus líneas francesas y siguen ofreciendo berenjenas procedentes de España. "Estamos al principio de la temporada. Ayer cosechamos 1,5 toneladas de berenjenas, un volumen relativamente pequeño que no nos costó vender a precios satisfactorios. En cambio, tenemos algunas preocupaciones para el resto de la campaña. Frente a los primeros volúmenes franceses que llegaron al mercado, los españoles bajaron drásticamente sus precios, alcanzando niveles en torno a los 0,65 euros/kilo".
Calabacines: la competencia española hace bajar los precios franceses
Se trata de precios muy competitivos para el inicio de la campaña francesa, en claro contraste con los precios aplicados durante la campaña de invierno: "Antes del inicio de la campaña francesa, los españoles eran los únicos en el mercado. Los niveles de precios en los últimos meses han sido increíblemente altos. Han llegado a 6-7 euros/kilo las berenjenas, y 3-4 euros/kilo los calabacines. Precios que ni siquiera en Francia se cobran, a pesar de que los costes de producción, mano de obra y energía son cada vez más elevados. En el caso de los calabacines, nos encontramos con la misma situación. Cuando empezamos la campaña, los precios españoles bajaron drásticamente, lo que nos obligó a adaptar nuestros precios para los calabacines precoces empezando con precios de alrededor de 1,30-1,40 euros/kilo cuando el año pasado estábamos por encima de los 2 euros/kilo. Al final, perdimos alrededor de 1 euro por kilo de media en comparación con la temporada anterior".

Se espera una cosecha de berenjenas de 700 toneladas para esta campaña de 2023
A pesar de estas preocupaciones sobre el mercado, Jean-Pascal sigue siendo positivo: "No obstante, hemos decidido invertir en plantas y producción con la esperanza de volver a la actividad al final de la temporada. Este año esperamos cosechar cien toneladas más que el año pasado, es decir, 700 toneladas a finales de octubre. Sin embargo, como muchos otros, seguimos preocupados por la disponibilidad de agua. Apenas ha llovido este invierno, y ya se habla de sequía a pesar de que todavía no ha empezado la temporada de verano. Se podría pensar que el mayor problema en la guerra de la agricultura habría sido la mano de obra, pero con la escasez de agua a la que nos enfrentamos actualmente, ya no estoy seguro de que la disponibilidad de recursos humanos sea ahora la cuestión más preocupante en nuestro sector...".
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