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Francisco García, productor de tropicales en Granada:

“En mi caso, por desgracia, doy mi campo por perdido”

Si bien las lluvias de los últimos días han supuesto cierto alivio, la sequía y el agotamiento de las reservas de agua en la Axarquía y la Costa Tropical de Granada está llevando a una situación muy complicada al sector tropical, porque “no se ven vías de solución a corto plazo”, señala el productor Francisco García.

“Todas las medidas que se están planteando llegan demasiado tarde e implican infraestructuras actualmente inacabadas”, explica el agricultor Francisco García. “Hemos llegado a esta situación en la que se puede perder una cantidad muy grande de superficie de tropicales debido a una política hídrica que durante años ha sido mala, de la que son corresponsables todas las administraciones: locales, autonómicas y nacionales, que viendo la problemática de la que venimos avisando desde hace mucho tiempo, deberían haber hecho inversiones en tiempo y forma de manera que se hubieran podido afrontar el problema que tenemos ahora”.


Fotos tomadas por Francisco en su finca el pasado mes de diciembre.


Fotos tomadas esta misma mañana.

Y es que, aunque las condiciones meteorológicas, que son las causantes de la tensión que vive la industria tropical, son un factor absolutamente incontrolable y externo –aunque no hay que olvidar que al cambio climático se le atribuye un innegable carácter antropogénico–, es cierto que el sector lleva años reclamando una mejora en infraestructuras que esté a la altura de la propia actividad. Porque hay que recordar que la agricultura tropical es una importante fuente de empleo directo e indirecto y de economía en la región, con un valor de la producción que en la última campaña, pese a que la sequía ya estaba presente, rozó los 148 millones de euros en el caso de los aguacates, los 29 millones en el caso de los mangos y se acercó a los 43 millones en el caso de la chirimoya.

“En la zona tropical alta de Granada la única solución que se nos plantea y por la que ha apostado la Administración son las conducciones de Béznar Rules, que llevan 20 años sin desarrollarse. Han anunciado que se han aprobado 2 desglosados de los 11 que hay que desarrollar, y con suerte las obras podrían empezar a finales de 2023 o principios de 2024; pero el agua llegaría a los campos para el 2026. En la Axarquía se están dando opciones de aguas regeneradas, aunque representa solo un porcentaje del agua que se necesita. Así que ¿qué solución nos aportan esas medidas?”, lamenta Francisco.

En estos momentos, la situación es tal que agricultores como el propio Francisco han tenido que tomar la decisión de podar las plantas más afectadas al máximo y pintarlas para evitar su exposición directa al sol para garantizar su supervivencia, sacrificando la cosecha no solo del próximo año, sino también la de los próximos 3-4 años, que es lo que los árboles tardarían en volver a dar producción, “casi como si fueran árboles nuevos”.

“En la zona de la Herradura está todo quemado, en mayor o menor proporción; en la parte más baja de Almuñécar, las plantaciones están muy afectadas por los altos índices de salinidad del agua, pero en la parte alta, aunque tienen escasez de agua y se ven pozos ya secos, todavía se podrían salvar plantaciones porque los niveles de cloruros aún no son tan altos”.

“Aquí en Granada, la zona de Motril es la que menores problemas tiene, pero nos comunicaron que en unas analíticas de hace varios meses en la cota 200 ya tenían índices de salinidad en las aguas y no sabemos cómo estará la situación ahora. En Málaga, la Axarquía está más afectada porque una gran parte de la comarca se riega con agua del pantano de la Viñuela, que está al 10% de su capacidad”.

“En mi caso, por desgracia, doy mi campo por perdido. De hecho, nuestra plantación de mangos son árboles ya secos”.

“No solo no nos van a ayudar a tiempo, sino que van a endeudarnos”
Las nubes que cubren el cielo en Andalucía estos días son las únicas que podrán aliviar el escenario a corto plazo. “Con que cayeran unos 30-40 litros durante 10 días, ya sería una solución; eso, y que el Gobierno o las autonomías pusieran barcos y desaladoras para desalar agua y poder regar. Porque hay que tener en cuenta una cosa más”, remarca Francisco. “Aquí en Granada, en el caso de las infraestructuras, el Estado va a sufragar el 80% del coste, que viene de fondos europeos, pero un 10% recaerá sobre la mancomunidad de municipios, es decir, todos los ciudadanos de a pie, y el otro 10% sobre las comunidades de regantes. En el caso de otro tipo de infraestructuras como los terciarios, las comunidades somos las que pagamos el 20%; esto es: de una infraestructura de 10 millones de euros, 2 millones lo pagaríamos de nuestro bolsillo entre todos los comuneros. Así no solo no nos van a ayudar a tiempo, sino que, además, van a endeudarnos”.

“Con este tipo de acuerdos, el Estado, desde las políticas nacionales a las locales, pasando por las autonómicas, nos ha fallado a los agricultores”.

Para más información:
Francisco García
platerogarcia@hotmail.com