Sensible a las condiciones meteorológicas, como muchos productos de verano, la demanda de tomates no fue especialmente notable en mayo. "Las últimas semanas han sido un poco difíciles, con precios más bien medios, pero aun así hemos conseguido vender nuestros productos", informa Christophe Rousse, presidente de la cooperativa Solarenn. "Al final, nuestros resultados son iguales o ligeramente inferiores a los del año pasado". Pero la cooperativa espera que la situación cambie con las previsiones de buen tiempo: "Realmente esperamos que el tiempo ayude a que los precios suban, ya que esperamos grandes volúmenes". 
Fuerte competencia de las frutas pequeñas de origen marroquí
Además del tiempo poco alentador, el comercio de ciertas referencias de tomate se enfrenta a una fuerte competencia extranjera: "La situación es muy complicada para las frutas pequeñas, ya que seguimos enfrentándonos a importaciones masivas de origen marroquí, a 0,99 euros la bandeja. Es una sola referencia la mayor parte del tiempo, pero que representa un gran volumen de ventas. Es un producto que se ve todo el año, con un marketing muy similar, si no idéntico, al de las bandejas francesas, lo que induce a error a muchos franceses, que piensan que compran tomates de origen francés cuando en realidad se trata de marroquíes. Según un estudio reciente, solo el 30% de los consumidores sabe que los tomates son en realidad de origen marroquí, lo que demuestra que muchos de ellos están siendo engañados. Y eso es algo que a los productores franceses nos irrita profundamente. Más teniendo en cuenta que todas las marcas comunican su compromiso con la producción local. Puede que tengan un pequeño estante de importación, pero es un volumen enorme".
Isabelle Georges y Christophe Rousse.
¿Márgenes abusivos?
Además de esta competencia feroz con las frutas pequeñas, Christophe Rousse e Isabelle Georges, directora de Solarenn, se quejan de que existe una diferencia demasiado grande entre los precios pagados a los productores y los que se exponen en las tiendas: "Hemos observado que para todos los productos de la gama, al principio de la temporada, los precios de los productores son un poco más bajos que el año pasado (con unos costes que no han bajado), mientras que los precios de venta en tienda son más altos, a pesar de que la demanda es poco dinámica. En ocasiones, los precios en los estantes de los tomates antiguos, en particular, han sido dos o tres veces superiores a los pagados a los productores. Estos márgenes un tanto excesivos han contribuido a frenar el consumo, además de las malas condiciones meteorológicas del mes de abril. Si hubieran sido más razonables, habríamos empezado mejor la temporada".
Una iniciativa de RSE estructurada y ambiciosa
Aunque la cooperativa ha querido reafirmar su compromiso con un enfoque holístico y ambicioso de la iniciativa de RSE con motivo de su 75 aniversario, ya lleva 25 años tratando de minimizar su impacto en el medio ambiente: "Son compromisos que siempre hemos tenido muy presentes, y evolucionamos constantemente en temas como el reciclaje del agua en los invernaderos y en la estación, así como la sustitución del plástico, anticipándonos a la ley AGEC", explica Isabelle Georges. "Aprovechamos nuestro aniversario para presentar nuestra carta, que se basa en 8 principios fundamentales: local, medioambiental, próximo, humano, sostenible, compartido, ético y duradero. En la práctica, esto significa gobernar y actuar con responsabilidad, situar a hombres y mujeres en el centro de nuestro modelo de empresa respetando al máximo la paridad, combinar proximidad y diálogo para garantizar un compromiso sincero y compartido con nuestros 30 horticultores y 45 colaboradores, continuar nuestra transición medioambiental, ser responsables con nuestros ecosistemas (tanto las partes interesadas como los colaboradores), actuar en interés de nuestros clientes y consumidores, actuar en favor del desarrollo local, en el que estamos muy implicados, y, por último, situar la calidad, la innovación y los conocimientos en el centro de nuestra organización".

Diversificación con nuevos productos que consumen menos energía
La innovación es una palanca interesante para la cooperativa, que quiere ayudar a los horticultores que tienen las estructuras más antiguas y, por tanto, más consumidoras de energía: "Frente a la explosión de los costes energéticos de los dos últimos años, buscamos soluciones para los productores más afectados porque poseen los invernaderos más antiguos, menos eficaces en términos de gestión energética. Intentamos cultivar nuevos productos, como es el caso de dos de ellos en Ille-et-Vilaine, que saben cultivar el melón Petit Gris de Rennes y con los que vamos a hacer pruebas con las minisandías, el formato ideal para el consumo familiar. Hasta ahora, los melones Petit Gris se cultivaban a pequeña escala, pero este año vamos a intentar cultivarlos en mayores superficies. Es nuestro nuevo producto para el verano. Aunque es un producto especializado, si estas pruebas tienen éxito, podremos diversificarnos". 
Para más información:
Nathalie Jouan
Solarenn
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Elisabeth Calle
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