"Hemos vivido tres semanas muy complicadas para la alcachofa grande", comienza Pierre Gélébart, jefe de productos en Prince de Bretagne. La causa: un mercado desequilibrado debido a una producción muy elevada y un consumo que no ha estado a la altura de las expectativas. "En realidad se trata de las consecuencias de las condiciones meteorológicas del año pasado. Debido a la sequía, la campaña del verano pasado se adelantó. Esta precocidad repercutió en la cosecha de primavera de 2023, que llegó al mercado al mismo tiempo que la cosecha del Rosellón, que se había retrasado por el mal tiempo. Las dos zonas entraron así en competencia directa, con grandes volúmenes en el mercado para un consumo que no estaba al nivel esperado".
Créditos de la fotografía: L'Oeil de Paco.
Afortunadamente, estos complicados comienzos parecen haber quedado atrás para la cooperativa. "Desde la semana pasada, la situación ha mejorado considerablemente gracias al descenso de los volúmenes de producción (lo normal para el período comprendido entre mediados de julio/mediados de agosto debido al ciclo vegetativo). Este descenso de la producción ha contribuido a reequilibrar el mercado, los precios han subido y, sobre todo, estamos consiguiendo vender toda nuestra producción. No hay nada peor para un productor que tener productos sin vender, si se tiene en cuenta que una hectárea de alcachofas corresponde a 250-300 horas de trabajo".
Hay que tener en cuenta que este período complicado solo afectó a la alcachofa grande. En el caso de la alcachofa morada pequeña, a pesar de un comienzo algo complicado, la campaña ha ido bastante bien desde entonces.
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Pierre Gelebart
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