Las cifras de importaciones españolas que comparte FEPEX, según datos extraídos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, revelan que junio fue el tercer mes consecutivo de aumento en las adquisiciones de calabazas; en abril se produjo un aumento del 37% en las importaciones, en mayo tocaron su máximo con un incremento del 55,3% respecto al mismo mes del año pasado, y en junio volvieron a mostrar esta tendencia ascendente incrementándose interanualmente un 38%, coincidiendo con los últimos meses previos a la cosecha en la zona de Valencia, que se está llevando a cabo en este momento.
“Para nosotros, en el ámbito nacional, la demanda de calabaza Butternut se ha disparado casi un 100%”, señala José Caballer, de Hortalizas Caballer. “Por la sequía en las zonas interiores de España, como Castilla-La Mancha, donde la calabaza se planta como complemento para las campañas de sandía y melón, se ha reducido la cosecha un 30% o más, y estas semanas incluso nos han llamado de La Mancha para comprar en Valencia. Aquí seguimos teniendo disponibilidad de agua y, a pesar de que en general parece que la producción ha aumentado, ya estamos viendo que con la tendencia que hay en el mercado se va a liquidar todo antes de lo esperado”.
Los precios, de hecho, reflejan esta demanda en el inicio de la campaña en Valencia, la mayor región productora –con diferencia– de calabazas del país. “A día de hoy, han aumentado en más del 20% respecto a las mismas fechas del año pasado”.
“En la exportación también se nota esta demanda al alza desde hace prácticamente un año”, destaca José. “Desde que comenzó en 2022 la recolección en Valencia empezamos a recibir llamadas de grandes empresas interesadas en la exportación, sobre todo de países orientales como Arabia Saudí”.
“En primer lugar pensamos que esa demanda podía deberse a la Copa Mundial de Fútbol, pero tras su finalización ha seguido esa tendencia, que se ha extendido hasta el día de hoy. Además de la sequía en otras zonas de producción, hay que recordar que en España la relación calidad-precio suele ser muy buena en este producto”, indica.

Hortalizas Caballer es una empresa familiar, gestionada hoy en día por José y su padre, especializada en la producción de calabaza tipo cacahuete. “Producimos y comercializamos alrededor del medio millón de kilos de calabaza; pocas pequeñas empresas realizan dicho volumen en esta zona”, remarca José. “Trabajamos la calabaza clásica, la cacahuete de piel naranja, y la de piel crema que es la más común en los supermercados, mayoritariamente las variedades Plutón y Ariel; y en función de los distintos calibres las comercializamos tanto en supermercados, las calabazas de entre 800 g y 2 kg, como en la industria, donde destinamos los tamaños superiores”.
“Nuestra campaña empieza entre julio y agosto, cuando recolectamos, y normalmente dura hasta marzo o abril; pero este año, aun teniendo la misma producción, tememos no llegar ni al próximo mes de febrero”.
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Hortalizas Caballer
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