La plena producción de col china en los Países Bajos comenzará en unos diez días. "De momento, tenemos disponibilidad, pero en volúmenes relativamente limitados. Acabamos de salir de un bache de producción que suele durar toda la primavera y el verano, y volveremos a tener plena capacidad de producción hacia finales de agosto hasta la próxima primavera", informa Rémi Drussé, director de contabilidad en Hoogsteder.

Color blanco: una elección clave para el mercado francés
Las brasicáceas que vende la empresa holandesa se producen principalmente en el sureste de los Países Bajos, donde el clima es ideal para su cultivo. "Las temperaturas son mucho más suaves que en el sur de Europa, lo que es bueno para la col china, que se cultiva en campo abierto. De momento, la calidad del producto es muy satisfactoria, pero seguimos esperando a que la verdura esté bien blanca para venderla al mercado francés, que prefiere consumirla así. Así que siempre estamos a la espera de conseguir la calidad deseada, para no decepcionar nunca a nuestros clientes".

Diferentes envases
Hoogsteder vende sus productos tanto a grandes superficies de toda Francia como a mercados mayoristas como el MIN de Rungis: "Es un producto fácil de exportar porque aguanta bien y no se deteriora con el tiempo. Ofrecemos distintos tipos de envases en función de las necesidades de nuestros clientes. Para la gran distribución, preferimos las coles sin nada en cajas IFCO o envueltas en una banda de papel para limitar el uso de plástico, un cambio introducido por la ley AGEC, en el que estamos dispuestos a apoyar a nuestros clientes. Para los mercados mayoristas, las vendemos en cajas de 8 piezas (entre 800 g y 1 kg por pieza) o envueltas en plástico para conservarlas mejor".

Una verdura que ya ha encontrado su lugar en el mercado francés
En cuanto al consumo, la col china ya ha encontrado su lugar en los hábitos alimentarios franceses. "Por supuesto, siempre se puede mejorar, pero el consumo ya es elevado. Es un producto relativamente popular, sobre todo en la cocina asiática. De hecho, nunca tenemos problemas para vender este producto: los pedidos son constantes y la demanda siempre está presente. Si tenemos capacidad de producción, la mayoría de nuestros clientes están interesados en comprarla".
Para más información:
Rémi Drussé
Hoogsteder
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