En primavera, el precio del alficoz (o pepino serpiente) se mantuvo estable durante mucho tiempo porque, entre otras cosas, los volúmenes de importación fueron notablemente inferiores, según André Busigel, director general de Reinhard Busigel GbR, en Albertshofen. "Los Países Bajos entraron más tarde en el mercado con mayores volúmenes, mientras que España tuvo graves problemas debido al mal tiempo. Alemania, por su parte, empezó a plantar bastante tarde". Además, según él, la oferta en el mercado el verano pasado fue inferior a la de este año. "Sin embargo, la situación no es demasiado mala en general. La competencia es normal". Su empresa está especializada en la producción en invernadero de alficoz.
André Busigel. Foto: Reinhard Busigel GbR.
Cosecha ligeramente inferior
"Este año, la cosecha de nuestra explotación ha sido ligeramente inferior a la del año pasado, en parte debido a las condiciones meteorológicas, pero también a nuestra estrategia de calefacción adaptada. Por lo demás, los cultivos han podido desarrollarse de manera saludable", dice Busigel. "El verano ha sido bueno porque los largos periodos de calor no llegaron a materializarse. En primavera, las condiciones fueron relativamente oscuras y frías durante mucho tiempo". No dispone de una iluminación adecuada, con la que podría haber compensado las horas de sol perdidas. "Sin embargo, no solo ha faltado calor, sino también luz. Pero tampoco creo que la iluminación sea rentable en un futuro próximo para producir pepinos".
Los pepinos se comercializan a través de Franken-Gemüse eG, de la que Busigel también es miembro. "Franken-Gemüse abastece principalmente a retailers de alimentación del sur de Alemania. Otros segmentos del mercado también reciben nuestros pepinos, pero las porciones son más bien pequeñas. Como los retailers de alimentación estuvieron abiertos durante la pandemia y no abastecimos a mayoristas, estábamos en una buena posición en términos de ventas". Debido a los altos precios de los sustratos y al aumento de los costes de mano de obra, tuvo que ajustar sus precios al alza.
Falta de personal cualificado
A diferencia de otras empresas, Busigel está satisfecha con el número de empleados. "Trabajan para nosotros casi exclusivamente empleados procedentes de Polonia. Además, hay dos temporeros de Eslovaquia y otro de Alemania. Lo que nos falta, sin embargo, es personal cualificado. Probablemente esto también esté relacionado con la falta de interés por el trabajo agrícola".
Busigel señala que los jóvenes no lo consideran un trabajo deseado. "Las condiciones de trabajo son siempre diferentes. Puede hacer mucho calor, sobre todo porque trabajamos seis días a la semana. Lo que nos va bien es que podemos terminar de trabajar a las 12 los sábados. Tenemos una buena visión de las necesidades del trabajo gracias a nuestras décadas de experiencia, lo que nos permite programar a nuestro personal con precisión. Por eso tenemos muchos empleados que llevan con nosotros de seis a diez años o que siguen volviendo".
Fin de la producción de frambuesas
Hace cinco años, Busigel cultivaba frambuesas en su invernadero. "La calidad era estupenda y las ventas también. Pero, los costes de mano de obra para la cosecha no eran asequibles. Además, los retailers ya no podían pagar el producto porque las frambuesas tenían un precio demasiado alto en los estantes. Por eso, hace dos años, tuvimos que parar la producción. Dicho esto, los periodos de mayor trabajo de las frambuesas coincidían con los de los pepinos. De mediados de abril a mediados de junio, había demasiado ajetreo en la explotación. No hay planes de ampliar la superficie, dada la actual incertidumbre política tanto a nivel federal como de la UE", concluye Busigel.
Para más información:
André Busigel
Reinhard Busigel GbR
Am Rothberg 2
97320 Albertshofen
Tel.: +49 (0)1705629496
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www.busigel.de
