La lluvia ha retrasado la cosecha de patatas en Galicia, que debería haber arrancado el 20 de septiembre. Sin embargo, las precipitaciones en sí, “no son malas, porque baja la temperatura y esto en principio va a permitir un buen almacenaje”, comenta el agricultor de A Limia, Amador Díaz.
Desde el consejo regulador de la indicación Pataca de Galicia, José Manuel Gómez confirma que las lluvias de estos días no van a afectar negativamente a la calidad del tubérculo, que es “excelente”, con unos calibres medios de entre 40-50 y 70 milímetros que el mercado “acepta muy bien” al ser “muy apto para el consumo”.
Gómez recuerda que esta es una campaña “un tanto atípica”. La patata tuvo “muchos problemas de enfermedades”, que se vieron agravadas por el exceso de agua de las tormentas de mayo y junio, lo que obligó a dar “más tratamiento de lo normal” y conllevó unos costes de producción superiores a la media de otras campañas.
No obstante, ahora que la cosecha está arrancando, “la cosa se va animando de precios” y sitúa en valores más altos, en torno a 0,80 euros el kilo, lo que se pagará por el producto en zonas como Bergantiños y A Mariña de Lugo, con producciones más pequeñas y mercados de proximidad.
En A Limia, Díaz percibe “gran demanda”, sobre todo de la variedad Agria, de países como Bélgica, “que no es lo normal”. Y es que lo habitual es que la patata de la IXP (indicación xeográfica protexida) se dedique al consumo nacional y a Portugal. El precio se mantiene entre los 0,40 y los 0,60 euros por kilo.
Fuente: lavozdegalicia.es