"Las exportaciones están bastante bien repartidas, pero los altos precios hacen que haya algo más de competencia en el mercado mundial, de lugares como China y Egipto para destinos como Malasia. Egipto también tiene cebollas en África. Así que el comercio no va viento en popa como la temporada pasada", dice Tim van Haandel, de la empresa holandesa Mulder Onions.
"Normalmente, los precios suelen bajar un poco más porque no hay tanto movimiento. Las cebollas amarillas de las instalaciones de envasado se venden a unos 0,46 euros las medianas y a unos 0,50 euros las extragrandes. Esa diferencia debería aumentar un poco más porque apenas hay extragrandes disponibles en el mercado. A mediados de septiembre, las cebollas rojas alcanzaron entre 0,80 y 0,88 euros, según si eran grandes o extragrandes. Las medianas rondaron los 0,70 euros. Los resultados de ese segmento seguirán siendo buenos; ya hay demanda de cebollas rojas de países de Europa Occidental".
Tim admite que es difícil saber cómo seguirá desarrollándose el mercado de la cebolla amarilla. "Holanda está pasando de las cebollas de semilla a las cebollas de siembra, pero parece que la calidad de las cebollas de semilla sigue siendo en general decepcionante. Es una pena, porque antes de la temporada esperábamos volúmenes de exportación similares a los del año pasado. Pero si hay más rechazos, los kilos podrían ser aún menores. En definitiva, la calidad desempeñará un papel crucial este año. Si las cebollas no duran tanto, será más probable que nuestros clientes se pasen a las cebollas importadas", afirma.
"La ventaja de los precios por las nubes de la temporada pasada es que destinos como el Reino Unido, que compran cebollas todo el año, se acostumbraron a esos precios. Pero los países de África, que en su mayoría abandonaron en diciembre, ahora tienen que entrar a un nivel más alto del que estaban acostumbrados". Las exportaciones a países de Centroamérica también son decepcionantes, señala Tim, y añade: "Esperaba pedidos de países como Honduras y Nicaragua, que normalmente ya aceptan más cebollas. Tampoco hay nuevos destinos".
Actualmente, el fuerte descenso de los fletes marítimos a Asia, por ejemplo, es una gran noticia para los exportadores holandeses. "Han bajado un 30% respecto a los precios del año pasado. Es casi más barato enviar un contenedor a Malasia que ir a Francia por carretera. Eso, a su vez, aumenta nuestra ventaja competitiva", concluye Tim.
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