Los productores de tomate marroquíes están viendo la luz al final del túnel, tras una fase de producción muy complicada y varios aplazamientos de la cosecha. Mustapha Aouragh, un productor de la región de Sus-Masa, comenta la situación.
"Ha sido una fase de cultivo difícil. Como todo el mundo lo sabe, la ola de calor extrema que sufrimos en agosto destruyó nuestros cultivos y tuvimos que volver a sembrar. Además, los problemas fitosanitarios y las temperaturas más altas de lo habitual, que continúan hasta este momento, también han contribuido al retraso del crecimiento de los tomates y, por tanto, de la cosecha".

"Por fin empezaré a cosechar el 15 de octubre. Es una fecha muy tardía en comparación con lo habitual. El inicio tardío de la temporada va acompañado de una reducción de la superficie cultivada. Muchos productores se han visto obligados a abandonar el cultivo cada vez más frágil del tomate. Las difíciles condiciones de producción, el aumento de los costes de producción y las restricciones a las exportaciones están haciendo que el cultivo de tomates sea menos atractivo para los productores", continúa Mustapha.
Según las estimaciones preliminares del productor, que aún deben ser confirmadas por las estadísticas oficiales, la caída de la superficie cultivada de tomates en la región de Sus-Masa esta temporada será del orden del 20-25%.
La fragilidad económica del sector también ha llevado a los productores a favorecer variedades más rentables. Por ejemplo, "esta temporada habrá más tomates cherry y alargados, en detrimento del tomate redondo", concluye Aouragh.
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Aouragh Mustapha
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