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Fruklas: “En condiciones normales deberíamos disponer de uvas de buena calidad hasta mediados de noviembre”

“La campaña de uva de variedades como Italia, Red Globe y Doña María se encuentra ya prácticamente terminada”

La climatología ha resultado, como en muchas otras campañas agrícolas españolas este año, determinante para la uva de mesa en Alicante. “La temporada de uva 2023 comenzó a mediados de julio, momento en que nos encontramos con una campaña con grandes adversidades climatológicas, además de coyunturales a nivel socioeconómico, lo que nos llevó a tener que enfrentarnos con enormes dificultades para el sector de la agricultura en general, presentando los posteriores meses de agosto y septiembre temperaturas más elevadas de lo habitual. Todo ello, unido al déficit hídrico que venimos sufriendo, ha provocado que el volumen de uva de alta calidad se vea mermado considerablemente”, explican desde Fruklas.

“En condiciones normales deberíamos disponer de uvas de buena calidad hasta mediados de noviembre, y en estos momentos podemos decir que la campaña de uva de variedades tales como Italia, Red Globe y Doña María se encuentra prácticamente terminada”.

“Para la variedad Aledo, tenemos previsto su comienzo en la segunda quincena de noviembre y, aunque esa disminución de la producción nos preocupa, pondremos todo nuestro empeño y conocimiento en conseguir una uva de buena calidad con la textura, color y sabor propios de esta variedad tradicional”, remarcan.

En estos momentos, y justo por esos primeros síntomas de escasez de producto para las variedades de media estación, los mercados muestran bastante interés por las uvas con precios que se están ajustando a esa oferta. “El sistema económico en el que vivimos siempre equilibra la cantidad de producto con el precio que se paga por él”, recuerdan desde Fruklas. “El problema de estas campañas, en las que la falta de producción es tan acusada, radica en que el coste de cultivo por hectárea es prácticamente el mismo y, a pesar de que los precios de venta sean más altos, nunca llegan a compensar económicamente la falta de producción”.

“Variar el color, el sabor o el aspecto de un producto que hemos consumido durante siglos, aunque parezca contradictorio, limita nuestra capacidad de elegir”
El segmento de la uva está viviendo a nivel internacional, empezando por los mayores exportadores mundiales de uva, una innegable tendencia hacia las nuevas variedades que está determinando la oferta en el mercado global, donde las variedades tradicionales sienten una presión cada vez mayor, y que incluso está permitiendo extender las ventanas de comercialización en contraestación.

“El final del periodo de comercialización de nuestras uvas lleva muchos años coincidiendo con el inicio de la campaña de uvas de origen hemisferio sur. En un mundo tan globalizado como el que vivimos debemos ser coherentes y, si tomamos la decisión de vestirnos con prendas fabricadas en otros continentes, por qué no vamos a consumir productos de otros orígenes”.

“Sabemos que en la última década han aparecido más de 100 variedades nuevas de ‘uvas’. Un hecho de estas características nos debe hacer pensar en cómo el consumo de uvas, y demás frutas y hortalizas en general, está ligado a intereses económicos de las grandes multinacionales que controlan y deciden qué es lo mejor, lo peor, lo bueno y lo malo a la hora de alimentarnos”.

“Considero que variar el color, el sabor o el aspecto de un producto que hemos consumido durante siglos no es algo moderno o actual, sino que solo es una tendencia que, aunque parezca contradictorio, limita nuestra capacidad de elegir o de satisfacer nuestros gustos a la hora de alimentarnos”.

“En defensa de nuestra uva embolsada con semilla”
Y es que lo tradicional no está reñido con la calidad que el mercado exige en la actualidad. De hecho, en la zona del Medio Vinalopó, la comarca donde Fruklas produce mucha de su fruta y verdura, se cultiva la uva de mesa con una técnica que se empezó a emplear hace más de un siglo, el embolsado, y que le ha hecho merecer una IGP propia que corrobora la calidad diferenciada del producto así cultivado en la región.

“Hablar de denominación de origen o de identificación geográfica protegida siempre debe ser sinónimo de garantía de calidad; también de tradición y de sociedad comprometida con los elementos y personas que cohabitan a su alrededor”, comparten desde Fruklas.

“Como productores de uvas embolsadas, sabemos que el producto que comercializamos bajo el amparo de la denominación de origen cumple con todas las condiciones y características de color, sabor y textura que siempre hemos tratado de cuidar y resaltar”.

“Por último, y en defensa de nuestra uva embolsada con semilla, me gustaría expresar que su consumo no nos hará ser ni más felices, ni tener un mejor estilo de vida, ni ser más guapos. Solo nos puede hacer sentir más comprometidos con la agricultura que nos rodea y que nos alimenta a diario”.

Para más información:
Fruklas S.L.
Mercalicante, Pto. 134/136/138
Ctra. Madrid, Km. 4 03114 Alicante (España)
Tel.: +34 966 30 0790
[email protected]
www.fruklas.com

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