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Alfonso Sáenz de Cámara, director de la cooperativa alavesa UDAPA y presidente del Club Ibérico de Profesionales de la Patata:

“Edurne podría ser la sustituta natural de la variedad Monalisa”

La campaña de la patata llega poco a poco a su fin en las últimas zonas de Castilla y León, tras haber comenzado con un adelanto de 15-20 días en la región a primeros de julio. “La temporada de arranques empezó muy fuerte gracias a unas buenas condiciones meteorológicas que beneficiaron al cultivo en la siembra, pero la demanda no se puso a su nivel hasta que no empezó la exportación”, explica Alfonso Sáenz de Cámara, director de la cooperativa alavesa UDAPA y también presidente del Club Ibérico de Profesionales de la Patata.

“En Francia y Bélgica sufrieron lluvias en el momento de la siembra y antes de la recolección, y eso aumentó la demanda de patata española; de hecho, los datos en el mes de julio indican que se habían exportado 58.000 toneladas, una cifra que no es muy habitual. Gran parte de estos volúmenes fueron para la industria, que ha sido un actor determinante en la exportación de Castilla y León en julio e hizo que el pico de producción que había en ese momento saliese, rebajando la presión sobre la oferta”.

“Los precios se situaron en unos 30 céntimos por kilo, bastante buenos, con producciones que, según se habla, rondaban las 55-60 toneladas por hectárea, con lo cual estimamos que, cuando finalice la campaña, en las 16.640 hectáreas que había en Castilla y León, la cosecha no estará lejos del millón de toneladas”.

“En las últimas semanas ha habido tormentas y parones en los arranques, pero más que influir en los rendimientos, han influido en la calidad visual del producto para lavado, que ha declinado bastante y eso ha hecho que se haya empezado a hacer algo de importación de Francia, aunque esté más caro que el producto de aquí. Por su peor condición para lavado está pagándose a entre 23 y 25 céntimos y está yendo principalmente para saco e industria, pero a pesar de esa bajada de precio sigue siendo muy rentable, ya que se están registrando rendimientos en algunas zonas tardías de Castilla y León de hasta 80 toneladas por hectárea”.

Allí continuarán los últimos arranques tardíos, ya que en las demás zonas productoras del norte peninsular la cosecha ha finalizado; como en Álava, donde en las 350 hectáreas que cultiva directamente UDAPA en la provincia se han superado las 53 toneladas por hectárea de media. “En general, estamos muy contentos. Son unos rendimientos bastante buenos y hay buena calidad de lavado”, comparte Alfonso. “Además, el producto está muy sano, por lo que prevemos una buena conservación”.

El almacenamiento es uno de los factores de mayor preocupación en estos últimos años desde la limitación de la Comisión Europea de materias activas autorizadas para la conservación de patatas, y este año, las condiciones meteorológicas con elevadas temperaturas han hecho que los tubérculos hayan tenido un mayor estrés, por lo que “la conservación es aún más compleja, ya que los productos autorizados no tienen la eficacia del antiguo CIPC. En Francia, de hecho, ya lo están viviendo”.

“Una tendencia que se vislumbra y que va a ir creciendo son los formatos de patata de 4.ª y 5.ª gama”
El consumo es otro de los factores sobre los que el sector tiene puesto el punto de mira, ya que los datos que mes a mes publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan una tendencia decreciente. Los últimos datos publicados, referidos al mes de abril, ponen a la luz que el consumo de patata, contabilizando los doce meses hasta esa fecha, había descendido un 7,2%.

“Una tendencia que se vislumbra y que va a ir creciendo, porque los consumidores la demandan, son los formatos de patata de 4.ª y 5.ª gama, como pueden ser los formatos microondables, que están funcionando muy bien. Los hogares están cambiando hacia productos más cómodos y fáciles de preparar, y la patata se está adaptando a este nuevo modelo”.

“También están creciendo cada vez más productos específicos de calidad que buscan nichos de mercado, como las especialidades de patata de freír tipo Agria, o fórmulas distintas de presentación para el mercado como las marcas. Un ejemplo de esto es la patata Amandine, que ofrece un producto estable durante todo el año bajo un formato reconocible por el comprador”, destaca Alfonso.

En UDAPA la innovación ha ido de la mano del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker, junto con el cual desarrollaron las variedades Beltza, una patata de piel y pulpa morada, y Edurne.

“La variedad Edurne en concreto es una patata multiuso que podría ser la sustituta natural de la variedad Monalisa, que es muy demandada por los consumidores por ser la mejor patata para tortillas, siendo además la preferida por los fabricantes de tortillas de patata. Es más, se ha comportado muy bien en Álava y tenemos la idea de ir multiplicándola y, que a través de nuestro sello Eusko Label, ya sea fresca o elaborada en diferentes formatos, sea reconocida como un producto vasco de km 0, de calidad y de confianza”.

Para más información:
UDAPA
Paduleta 1, Pol. Ind. de Júndiz
01015 Vitoria-Gasteiz (España)
[email protected]
https://udapa.com

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