Según la asociación de productores de patatas que agrupa a los productores de Alemania, Francia, Bélgica y los Países Bajos, la NEPG, aún quedan 1,4 millones de toneladas de patata por arrancarse en Europa, la mayoría de ellas en los Países Bajos, por el retraso que las continuas lluvias han generado en la cosecha. “Las malas condiciones meteorológicas vividas en octubre hicieron que se tuvieran que parar los arranques en muchas zonas de los citados países, cuando apenas se llevaban tres semanas de labores”, recuerda.
La NEPG estima que, de ese total, en Países Bajos queda en el campo todavía un 15% y en Bélgica esa cifra puede situarse en el 11%.
Además, en estos momentos existen “serias dudas de que se puedan llegar a recoger esos tubérculos”, existiendo un “riesgo real de que se puedan llegar a pudrir”, mientras que las que se puedan “finalmente” sacar es más que probable que presenten problemas de calidad y que el almacenaje sea complicado, señala la entidad.
Toda esta situación ha llevado a una disminución en la disponibilidad de patatas almacenables, planteando serias dudas sobre el cumplimiento de los contratos establecidos, y ha elevado el precio actual de las patatas, que han pasado de 8 € a 20 € por 100 kg en pocas semanas ante la falta de disponibilidad de producto. Además, la calidad de las patatas cosechadas bajo estas condiciones es una preocupación creciente.
Esta bajada en la producción también afectaría negativamente a la producción de semilla, que se prevé en un 20% por una menor superficie plantada y por la bajada de la calidad de la producción. Esto podría tener un impacto significativo en la producción de patatas del próximo año.
Fuente: agronewscastillayleon.com
